Los datos del Observatorio de Estudios Sobre Convivencia y Seguridad Ciudadana muestran que la ciudad de Córdoba es más violenta que el interior de la provincia. En números es más fácil de explicarlo. La tasa de homicidios provincial es de 3,3 víctimas cada 100.000 habitantes, pero si se discrimina entre la ciudad capital y el interior resulta que la tasa en la ciudad asciende a 4,5 víctimas cada 100.000 habitantes y la de la provincia desciende a 2,5 víctimas cada 100.000 hab. 

Si se tiene en cuenta que 38 % de la población provincial reside en la ciudad capital mientras que el 61 restante se distribuye en el interior provincial, podemos observar que el 53 por ciento del total de muertes que ocurren en Córdoba, se focaliza en el 38 % de la población correspondiente al aglomerado urbano más importante de la provincia. 

Según el informe presentado el viernes pasado por Roberto González, director del observatorio de Seguridad Ciudadana, uno de los factores que contribuyen a explicar la ocurrencia de homicidios podría ser la concentración de personas en un determinado lugar, en el cual se reproducen problemáticas de convivencia y violencia urbana. 

En el caso de Córdoba  —según el informe— es atendible integrar al análisis la desfavorable situación económica y social nacional de los últimos años. En primer lugar, tomando como referencia el informe de la Universidad Católica Argentina sobre la deuda social los autores sugieren que el aumento de la violencia está relacionado con la vulnerabilidad social.

El informe asegura que el empeoramiento de los índices socioeconómicos puede haber afectado la ocurrencia de homicidios en nuestra provincia, especialmente en los aglomerados urbanos donde la expresión de vulnerabilidad suele ser más directa. 

El informe de la Universidad Católica menciona además que en Argentina ha crecido la proporción de hogares pobres del 30 % en 2018 al 33,4 % en 2019. De igual manera, sostiene que el 32 % de los hogares está por debajo de la línea de la pobreza mientras que el 6,5 % se encuentra por debajo de la línea de indigencia. 

Fuentes: Observatorio de Estudios sobre Convivencia y Seguridad Ciudadana. Relevamiento propio realizado junto a Alejandro Albarenga en el diario Día a Día.