Una cuarta ola feminista recorre el país transformando todos los aspectos de la vida cotidiana de los ciudadanos. Una de las corrientes con fuerza que crece es la economía feminista.

En este sentido, este lunes 25, en Espacio Abasto -espacio de coworking- presentarán la Incubadora Feminista en Córdoba, la primera de su tipo y características identitarias en latinoamérica.

Buscan, según indican las fundadoras, "fortalecer los proyectos de mujeres y géneros disidentes en la construcción de independencia económica desde una perspectiva de género y empoderamiento feminista".

El contexto de desigualdad de género en el mundo emprendedor es notorio.

Al respecto, un informe de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación revela que en Argentina, de las mujeres que hizo una denuncia el año pasado, el 36% denunció violencia económica y patrimonial, siendo la franja etaria más afectada la comprendida entre los 22 y 49 años.

Además, según datos del Banco Mundial, todavía existe una amplia brecha de género en el acceso al sistema financiero. Si bien hay cierta paridad entre hombres y mujeres en cuanto a la titularidad de cuentas bancarias, eso no se da en el otorgamiento de créditos.

En marzo de 2018, el 47% de las mujeres adultas poseía al menos un financiamiento mientras que en el caso de los hombres alcanzaba el 54%.

Otra de las desigualdades que refleja esta brecha está en la participación laboral. Según datos publicados por la Cepal, la mujer en Argentina dedica 42,4 horas semanales en promedio al trabajo no remunerado, mientras que el hombre destina apenas 17,3 horas.

Y, en cuanto a los cargos jerárquicos dentro de las compañías, en Argentina solo el 6% de las gerentes generales son mujeres, el 23% de puestos ejecutivos son mujeres, 15% directoras, 28% jefas.

Para solucionar esto, la Incubadora Feminista trabajará en la capacitación de mujeres y géneros disidentes que posean una idea o un emprendimiento en marcha, con la intención de fortalecer y escalar su negocio acompañadas por mentoras expertas en negocios, tecnología y emprendedorismo con perspectiva de género.

Shams Selouma, directora de la Incubadora Feminista, dijo que "es necesario crear espacios que incluyan a través del reconocimiento de la desigualdad existente. Nuestro objetivo es que las emprendedoras puedan formarse, produzcan comunidad y sean agentes de cambio en un sistema que es patriarcal".

"Para disminuir la desigualdad y la violencia de género es necesario trabajar por la independencia económica”, agrega Shams Selouma, directora de la Incubadora Feminista.

El programa pretende fomentar la igualdad en el ecosistema emprendedor latinoamericano y consolidar emprendedoras en 3 etapas:

Idea de negocio: Para aquellos proyectos que
todavía no han realizado ventas y están planificando cómo lanzar al mercado sus
productos y servicios.

Escala: Capacitación y mentorías en áreas claves para hacer crecer el negocio. Vínculación con comunidad de inversores y emprendedoras de alto impacto.

Fortalecimiento: Para emprendedoras que buscan mejorar su emprendimiento. Orientado a resolver los principales problemas y hacia nuevas estrategias de crecimiento.