Organizado por el Consejo Económico y Social que preside del secretario Asuntos Estratégicos de la Nación, Gustavo Beliz, se desarrolló en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) un encuentro internacional derivado del Foro de Paz de París de noviembre del 2020, al que ya adhieren 43 países.

En el mismo se debatió la necesidad de algún tipo de regulación, acorde a los últimos avances
tecnológicos e informáticos, que propicie que los ciudadanos dispongan de información fiable. Al respecto, Beliz indicó que la adhesión de Argentina “nos compromete como país para buscar caminos imaginativos que respeten la libertad y que también promuevan ese mayor nivel de crecimiento en el marco de la democracia que todos amamos y que va a cumplir dentro de poco 40 años”.

Por su parte, la consejera Marita Carballo indicó que “este Foro se enmarca en el proyecto de Democracia Innovadora que venimos trabajando desde el Consejo Económico y Social. Las redes sociales, la robótica, la inteligencia artificial despiertan fuertes debates éticos de cara al futuro, aportan ventajas y beneficios, pero también presentan riesgos potenciales”.

En el foro se destacaron las intervenciones de Naïma Moutchou (diputada francesa; vocal de la propuesta de ley sobre manipulación de la información); Mario Riorda (académico, docente, politólogo e investigador) y Martín Becerra (investigador principal en el CONICET y docente en diversas universidades nacionales).

Cabe recordar que recientemente la Comisión Europea presentó nuevas directrices para las plataformas digitales como Facebook o Google, con el objetivo de que se comprometan a no lucrar con la difusión de desinformación, a mejorar la visibilidad de la información fiable de interés general y a alertar a los usuarios cuando se crucen con contenidos catalogados como “falsos” tras el análisis de verificadores de datos.

También las plataformas deberán ofrecer a sus usuarios herramientas y procedimientos accesibles y efectivos para denunciar la desinformación susceptible de ocasionar daños públicos o personales. Se trata de una guía de buenas prácticas que Bruselas espera sean seguidas de manera voluntaria ya que por el momento no son vinculantes.