El Ministerio de Salud de la provincia de Córdoba, a través del programa de Zoonosis, confirmó los dos casos que se sospechaban de botulismo alimentario, ocurridos en zona rural de Los Sauces.

Afecta a dos personas: una mujer y un hombre oriundos de de Buenos Aires, que al parecer compraron un escabeche de jabalí en la localidad de San Marcos Sierras. Se encuentran actualmente internados en los servicios de terapia intensiva de dos centros asistenciales de la ciudad de Córdoba, en estado reservado.

La situación ya fue comunicada a la Dirección General de Control de la Industria Alimenticia de la Secretaría de Industria y a autoridades sanitarias de la mencionada localidad. Durante el jueves pasado se realizaron los controles bromatológicos correspondientes y se secuestró la mercadería sospechosa. 

Tanto las muestras de alimentos, así como la de los pacientes, han sido enviadas al laboratorio nacional de referencia,  la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán”.

Sobre el botulismo alimentario

Se trata de una intoxicación grave, causada por la ingesta de potentes toxinas preformadas, que son producidas por la bacteria Clostridium botulinum, y que se encuentran en algunos alimentos contaminados.

La proliferación de la bacteria y la formación de toxina suele ocurrir en los alimentos de preparación casera mal procesados, enlatados o embotellados, así como en productos pasteurizados y apenas curados que se dejan sin refrigeración, sobre todo dentro de envolturas herméticas.

Los alimentos de mayor riesgo suelen ser: conservas caseras o realizadas en establecimientos sin habilitación (escabeches, frutas y verduras); productos con un bajo contenido de oxígeno y la combinación adecuada de temperatura de almacenamiento y conservadores insuficientes (pescados o carnes fermentadas, saladas o ahumadas); enlatados u otras conservas almacenados luego de manera inadecuada en el hogar (choclos, arvejas, pimientos, berenjenas).

En cuanto a la acción de la neurotoxina botulínica, cabe destacar que tiene como consecuencia la parálisis fláccida, y los signos iniciales son: fatiga intensa, debilidad y vértigo, por lo general seguidos de visión borrosa, sequedad en la boca y dificultad para deglutir y para hablar. También pueden observarse otros síntomas como vómitos, diarrea, estreñimiento y distensión abdominal.

La parálisis de los músculos respiratorios puede interrumpir la respiración y causar la muerte, aunque la mayoría de los pacientes suele recuperarse con diagnóstico temprano y tratamiento inmediato –entre otras cosas la administración de antitoxina y asistencia respiratoria.