Lorena Cabrera es una madre que, ilusionada, contrató a la Sala Dos Rosas para festejar el 15 de su hija. Por cuestiones de la pandemia, tuvieron que reprogramar la fiesta para el 23 abril.

"Estoy muy triste y angustiada porque no me cumplieron con lo pactado: la comida estaba dura, estaba fea, la organización malísima, una persona se encargaba de hacer todo y no me quieren dar la foto y los videos porque me dice que la cámara desapareció", afirmó Cabrera.

Según Lorena, la sala debía abrir a las 20 horas para recibir a los invitados. Sin embargo, como el dueño no estaba, abrieron a las 8.40 horas. Debido al estado del baño, la comida y la condición de la sala, la fiesta terminó a las 23 horas.

"La ilusión de mi hija ya está. Lo único que le pido es que me pase las fotos que le saco esta noche", agregó.

La fallida fiesta costó unos 150 mil pesos, contó Lorena.