El lavado de manos es una de las principales prácticas para prevenir el coronavirus junto al distanciamiento social y el uso de tapabocas.

Según una encuesta que realizó la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), las personas se lavan las manos con la frecuencia correcta pero sin la duración suficiente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el lavado de manos debe realizarse de manera frecuente, con abundante agua y una duración de entre 40 y 60 segundos.

La Escuela de Nutrición de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) encuestó de manera online a 1151 personas, residentes en 23 provincias de Argentina. El 82,6% de los encuestados viven en Córdoba.

Según el relevamiento, el 93,7% de los encuestados sabe cómo es el procedimiento correcto para el lavado de manos. Sin embargo, el 75% de ellos reconoció que no cumple con el tiempo recomendado de 40 a 60 segundos.

Por otro lado, un 42% tiene niños a su cargo, y solo el 65% de este grupo asegura controlar que los niños a su cargo se laven las manos en momentos adecuados.

En relación a la frecuencia, se observó que que la mayoría de las personas se lava las manos antes de ingerir alimentos o visitar un enfermo, pero no así antes de tocarse la cara.

Por otro lado, más del 70% de las personas encuestadas se higieniza las manos después de visitar un enfermo, tocar dinero u objetos en la vía pública, pero rara vez lo hacen luego de sonarse la nariz o manipular tarjetas de pago.

“La encuesta nos permitió recabar información sobre lo que conocen las personas del tema y, en base a ello, planificar instancias educativas que refuercen los puntos débiles, como el tiempo de lavado de manos y en qué momentos realizarlo. Estas intervenciones deben ser continuas, año tras año, ya que es una medida muy importante de prevención”, comenta Georgina Oberto, una de las integrantes del equipo a UNCIENCIA.

El estudio fue realizado por Georgina Oberto, Laura Coluccini, Lucía Baraquet y Roberto Sánchez, docentes de la cátedra de Microbiología y Parasitología de la Escuela de Nutrición (FCM-UNC) y el analista en sistemas Rodrigo Sánchez Asis.