Los municipios deben entender que los gastos pueden ser inversiones, para lograr un futuro más próspero, cuando se hacen en educación, salud, nutrición, planificación familiar y lucha contra el flagelo de la pobreza. Para promover el cambio de actitud en la realización de los proyectos debe ser muy amplia la gama de protagonistas, políticos, empresarios, gremios, asociaciones intermedias, etc.
La descentralización es el instrumento más idóneo para asegurar una mejor democracia, pero la democracia en sí es una utopía sin participación de la comunidad.
 
En la actualidad los nuevos sistemas de información han permitido que muchos municipios se estén adaptando rápidamente a las cambiantes necesidades.  El desarrollo humano sostenible se alcanza eficazmente a través de la descentralización política. No obstante, en estos procesos hay que prever los riesgos potenciales, como por ejemplo el abuso de autoridad, la corrupción y la incorrecta distribución de la riqueza. Estos flagelos se evitan con controles correctos.

Uno de los canales fundamentales por donde circulan los intereses de la sociedad civil son los partidos políticos y las asociaciones intermedias de la comunidad, tales como Centros Vecinales, Sociedades de Fomento, Clubes de Jubilados, Cooperativas, Cooperadoras, etc. Son importantes y es necesario que estén organizados, para influir sobre el medio en el cual actúan. Por ejemplo, cuando los vecinos se organizan para afrontar problemas de seguridad, entablar una forma de cooperación que influye sobre la vida de la comunidad y, por ende, pasan a ser parte de la sociedad civil.
Resulta obvio afirmar que la relación entre la sociedad civil y el gobierno municipal es beneficiosa para ambas partes que se retroalimentan y fortalecen.

El gobierno municipal descentralizado puede ser un elemento importante para facilitar una sociedad civil activa y plena de energía. Cuando más descentralizado sea un gobierno y cuanto más fuerte sea la capacidad para la gobernabilidad local, tantas más y mejores oportunidades existirán para el surgimiento de la sociedad civil organizada. En este sentido, la legislación local, la política del gobierno, y la práctica administrativa pueden tener efectos profundos en la llamada “comunidad organizada” para desempeñar roles activos en la función pública. Este surgimiento de las instituciones intermedias en la sociedad civil crea un verdadero pluralismo, factor vital del desarrollo democrático.

Por otro lado, la obligación de rendir cuentas debe permitir a la gente común la verificación sobre el comportamiento de los líderes políticos y los funcionarios gubernamentales asegurando de este modo mayor transparencia.
Las experiencias más modernas indican que es necesario abordar toda la gama de las deficiencias burocráticas reformando y “aggiornando” la gestión pública; reorganizando los sistemas de prestación de servicios públicos.

Es menester propender a un cambio de actitudes y comportamientos y actuar con absoluta transparencia desde el poder político.
La transparencia es sinónimo de integridad, es gobernar sin tener nada que ocultar, es estar dispuesto a someterse a controles.
Es necesario asumir la responsabilidad pública, rendir cuentas, informar y formar al ciudadano, y mejorar la calidad de la gestión pública desde gobiernos locales hialinos.