El cura Mariano Oberlin mantienen un contacto estrechó con la sensibilidad de barrio Muller, desde dónde lleva adelante talleres de oficios y ámbitos de contención, y no duda en alertar sobre la frágil situación de los vecinos frente a la crisis desatada por el coronavirus.

"Al principio la gente más o menos la venía piloteando, con algún programa social o con el IFE, pero como se ha ido extendiendo se va haciendo cada vez más difícil sostenerse sin la posibilidad de la changa que es lo que habitualmente sostiene a la mayoría de la gente del barrio", afirmó.

Atrás quedó la inauguración del Centro de Acompañamiento, en febrero pasado, que cuenta con espacios de educación, trabajo y deporte, entre otros, para jóvenes con problemas de adicciones.

Ahora la falta de recursos en las barriadas de Córdoba hace que la principal demanda sea la de alimentos.  Una de las mujeres que está al frente de la distribución en Muller aseguró que en el último tiempo comenzaron notar que personas de otros barrios también se acercan tener una ración de comida.