El tenor español Plácido Domingo ha recibido 11 nuevas denuncias de acoso sexual, que se suman las primeras 9 realizadas por ocho cantantes y una bailarina el pasado 13 de agosto.

La agencia The Associated Press aporta estos nuevos testimonios que ha puesto en el centro de la polémica al tenor español de 78 años de edad.

Los casos se refieren a producciones en Estados Unidos. Solo una de ellas, la cantante Angela Turner Wilson, da su nombre. El resto permanecen en el anonimato porque siguen trabajando en el mundo de la música clásica y temen represalias, asegura la agencia.

Turner Wilson relata que compartió cartel con Domingo durante la representación de la ópera Le Cid en la temporada 1999-2000 de la Ópera de Washington. Ella tenía 28 años y Domingo, 59. “Sabía que para mí era el comienzo de cosas grandes”, dice sobre la oportunidad que representaba.

Una tarde antes de la representación, relata Wilson, Domingo y ella se estaban maquillando juntos en el camerino cuando él se levantó y le puso las manos sobre los hombros. Después, bajó las manos y le agarró los pechos por debajo del sostén. “Dolió”, dice la mujer citada por AP. “No fue suave. Me manoseó con fuerza”. La mujer dice que Domingo se marchó y ella se quedó atónita y humillada. Wilson tiene hoy 48 años y es profesora de canto en Dallas (Texas).

La agencia asegura que una decena más de mujeres como Wilson le han contado encuentros similares con Plácido Domingo, de 78 años. Estos relatos incluyen tocamientos no consentidos, peticiones insistentes de citas a solas, llamadas nocturnas e intentos de besarlas en los labios.

La historia cita también a Melinda McLain, que era coordinadora de producción en la Ópera de Los Ángeles en su temporada inaugural de 1986-1987. También trabajó con Domingo en la Houston Grand Opera. McLain dice en el artículo que ella hacía un esfuerzo por no poner al tenor a ensayar en una habitación a solas con mujeres cantantes jóvenes, incluso si él lo pedía. También intentaba asignarle siempre asistentes de vestuario masculinos.

“Montábamos estrategias elaboradas para mantenerlo alejado de ciertas cantantes”, dice McLain. “Yo nunca mandaba a ninguna mujer a su camerino”. Otra estrategia era invitar a la esposa de Domingo, Marta, a las fiestas de la producción. Si su esposa estaba presente, “se comportaba”, dice la mujer.

En su defensa, desde el círculo del artista apuntan a una campaña de difamación: "La continua campaña de la AP para difamar a Plácido Domingo no es sólo desacertada sino carente de ética. Estos nuevos señalamientos están llenos de incongruencias y, al igual que el reportaje inicial, en muchos aspectos, simplemente equivocados", dijo Nancy Seltzer, su portavoz.