La policía municipal de Madrid puso en vigencia un sistema que desató polémicas en todos los ámbitos en sus intentos por frenar las fiestas clandestinas. 

Durante el fin de semana pasado se desactivaron al menos 353 reuniones en muchos de estos casos aplicando la llamada "patada en la puerta", sin orden judicial, para ingresar a domicilios particulares o locales previstos para estos eventos.

Los agentes entran forzando la cerradura ante un “flagrante delito”, lo que fue validado por algunos judiciales. Pero expertos penalistas consideran que esta entrada no se ajusta a derecho.

En todos los casos la policía alega que entraron sin orden judicial amparados por la ley de seguridad ciudadana y por una orden interna emitida días antes por el Ministerio del Interior para aplicar las medidas acordadas por Sanidad y las comunidades para frenar la covid-19.