La reducción de las emisiones de los vehículos por las restricciones al movimiento ante la pandemia de coronavirus impacta positivamente en la calidad del aire en Córdoba.

Esto es lo que se deduce de los mapas que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) publicó a principios de abril, donde se registra una disminución de la cantidad de dióxido de nitrógeno en la capital cordobesa, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, varios días después de decretada la cuarentena.

El dióxido de nitrógeno, o NO2, es un contaminante que se produce cuando se combina el oxígeno presente en el aire con el monóxido de nitrógeno, un residuo de la quema de combustibles fósiles. 

Por ello se asocia la presencia de este compuesto en las grandes ciudades a la cantidad de vehículos y aviones que circulan a diario, además de la actividad industrial.

La Conae comparó un promedio de datos de fechas que van del 10 al 18 de marzo y del 20 al 28 de marzo.  En Córdoba se puede observar la disminución de dióxido de nitrógeno detectado desde el espacio.

Por la cuarentena, se redujo la contaminación del aire en Córdoba

En tanto, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, se obtuvo la siguiente representación:

Por la cuarentena, se redujo la contaminación del aire en Córdoba

En profundidad

Desde la Conae explican que los puntos más dispersos geográficamente en tonos amarillos indican que los contaminantes son transportados por las condiciones meteorológicas presentes, principalmente el viento.

Esta medición complementa a las estaciones que monitorean la contaminación en la superficie. María Fernanda García Ferreyra, experta en temas de calidad de aire de la Unidad de Emergencias y Alertas Tempranas de la gerencia de Vinculación Tecnológica de la CONAE, realizó los mapas y explica que los satélites muestran la presencia del compuesto acumulada geográficamente.

"Este producto no considera diferencias de concentraciones a distintas alturas de la atmósfera, sino que muestra su acumulación en una superficie, mirando toda la columna atmosférica a la vez. Para definir la calidad del aire de las capas más bajas de la atmósfera, donde respiramos, se utilizan otros procedimientos", advierte.

Y afirma que el sol o la cantidad específica de los contaminantes puede generar otros compuestos más dañinos. "Las transformaciones químicas a las que son sometidos los contaminantes dependen de las condiciones presentes, por ejemplo de la luz solar o la proporción en que están presentes otras sustancias químicas que favorecen las reacciones que puedan generar contaminantes aún más peligrosos para la salud”, advirtió.