El 3 de junio de 2015 se realizó la primera marcha en contra de la violencia contra las mujeres bajo el lema “Ni Una Menos”, consigna que le dio nombre a la colectiva feminista en toda la Argentina y que logró expandirse a países de Latinoamérica y Europa.

Ese mismo año, durante el verano, el brutal crimen de Lola Chomnalez, la adolescente argentina de 15 años asesinada en un balneario uruguayo, fue protagonista. En mayo del mismo año, mientras se descubrían detalles escalofriantes del asesinato de Ángeles Rawson, ocurrió el femicidio de Chiara Pérez, la adolescente embarazada de 14 años que fue asesinada y enterrada por su novio en Rufino, provincia de Santa Fe.

Este último caso fue el que movilizó -primero por redes sociales y luego convocando a masivos reclamos- a un grupo de periodistas de Buenos Aires: Marcela Ojeda, Florencia Etcheves, Ingrid Beck e Hinde Pomeraniec, entre otras.

A esa primera masiva movilización se plegaron más de cien puntos en todo el país y Córdoba no fue la excepción.

Córdoba había sido marcada por el femicidio de Paola Acosta, la joven que fue apuñalada por el padre de su hija Martina, Martín Lizarralde en septiembre del 2014. Paola fue arrojada junto a la pequeña a una acantarrilla. La niña, también herida y sin alimentos, permaneció más de 80 horas junto al cuerpo de su madre hasta que lograron encontrarla.