Hace 11 años, la Cámara de Senadores de la Nación sancionó el proyecto de matrimonio igualitario. De esta manera, Argentina se convirtió en el décimo país en el mundo y el segundo en América en aceptar matrimonios de personas del mismo sexo.

El recinto de la Cámara Alta fue testigo de los discursos a favor y en contra de los senadores. La votación fue de 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones. El voto fue dividido tanto en el Frente para la Victoria y la Unión Cívica Radical. Por su parte, gran parte del Peronismo Federal decidió votar en contra.

Esto fue lo que dijeron algunos senadores durante la noche del 14 y la madrugada del 15 de julio de 2010.

Luis Juez

El entonces senador por Córdoba Luis Juez (Frente Cívico) votó a favor del proyecto. Durante el debate dijo:

"En este tiempo he escuchado a todo el mundo. He soportado lo que no aguanté en veinticinco años de militancia política: agravios, injurias, ofensas, lastimaduras, magullones, al límite de quebrarme les confieso, porque un tipo que te dice: “Dios te va a castigar, te vas a quemar en la hoguera del infierno...” Yo me la banco, yo soy así. Seré el bonsai de la Mole Moli, pero me la banco".

"Todas las apelaciones que he encontrado, para buscar excusas, tienen su único origen en el derecho natural y en alguna reivindicación de algún párrafo bíblico. Al respecto debo decir que ni en la Biblia he encontrado un párrafo en el que Cristo se enojara con los homosexuales. Se enculaba con los fariseos, con los mentirosos, con los tramposos, con los recaudadores de impuestos, pero no discriminaba. No he encontrada nada".

Norma Morandini

Su compañera de fórmula, la periodista Norma Morandini, también acompañó el proyecto y argumentó:

"Esta  no  es  una  ley  progresista;  no  es  porque  queremos  parecernos  a  Suecia  que  estamos  legislando  para  garantizar  derechos  a  aquellos  que  llamamos  minorías,  que  son  nuestros   iguales,   nuestros   compañeros,   nuestros   vecinos,   nuestros   colegas,   nuestros   familiares.  La  verdad  es  que  me  cuesta  muchísimo,  no  tengo  argumentos,  he  buscado  en  todos los argumentos jurídicos una razón que me permitiera justificar por qué negar derechos a aquellos que son iguales".

"Nuestro  voto  a  conciencia  no  es  un  tema  de  conciencia  religiosa,  porque  la  relación  con Dios es íntima. Todos tenemos una relación con aquello que tememos o con respecto a lo que nos subordinamos. Pero porque es íntima, no se debate públicamente. No hemos venido aquí  a  debatir  cuestiones  de  tipo  religioso.  Nuestra  obligación  es  resolver  todo  lo  que  tenga  que ver –como aquí se dijo– con lo terrenal".

Liliana Negre de Alonso

La senadora por San Luis Liliana Negre de Alonso fue una de las principales opositoras al proyecto. Entre los argumentos que esgrimió:

"(El proyecto)  viola  los  derechos  de  las  mujeres.  ¿Qué  dice  respecto  a  esto? Dice que tantos años que se ha luchado para incorporar el “la” y por la Convención en contra de la discriminación de los derechos de la mujer y resulta ser que ahora, a través de un
buscador,  todo  ese  plexo  normativo  se  ha  transformado  en  un  lenguaje  neutro.  Desapareció  mamá, desapareció mujer, desapareció abuela y desapareció bisabuela. Ella dice que si se ha peleado en contra del lenguaje neutro, hoy no puede ser que los derechos de las personas del mismo sexo –que comparto, dice– sea a costa de los derechos de las mujeres".

Ramón Mestre

El senador radical por Córdoba votó en contra del proyecto de matrimonio igualitario y decidió no hacer uso de la palabra durante el debate.

Chiche Duhalde

Hilda Beatriz "Chiche" González de Duhalde argumentó:

"Mientras nosotros tratamos de hablar de este tema, de ponernos de acuerdo o no, afuera, un grupo de mujeres que estaba rezando el Rosario era atacada con huevos, por la intolerancia. Estamos en un ámbito de cada vez mayor intolerancia. No es la primera vez que este imitador de Maquiavelo que tenemos en el gobierno nos pone en situaciones extremas en temas que no son poco importantes; son muy importantes, pero no son urgentes".

"Creemos  que  podemos  legislar  de  cualquier  manera  porque  verdaderamente  las  leyes  son  construcciones   culturales.   ¿Por   qué   no   tenemos   aceptada   la   poligamia?   ¿Por   qué   no   aceptamos el adulterio? Si esto es en son de aceptar, aceptemos todo lo que venga. Pero no es así:  la  ley  se  asienta  en  construcciones  culturales,  que  son  las  que  instalan  las  mayorías  de  cada  pueblo,  no  las  minorías".