El coronavirus llegó a las cárceles argentinas. La confirmación llegó este domingo, luego de que diera positivo el hisopado realizado a Julián Arakaki, un interno del penal de Florencio Varela, Buenos Aires.

Condenado a cadena perpetua por matar en 2012 a su hijo de 8 años, es una persona de grupo de riesgo por tener inconvenientes hepáticos, que le demandan realizar tres sesiones semanales de diálisis.

Desde el Servicio Penitenciario Bonaerense entienden que se contagió en uno de los traslados hacia el hospital Juan Domingo Perón de Avellaneda, donde se realiza el tratamiento.

En las últimas semanas había sido trasladado a la Sala de Sanidad. Se dispuso el control y aislamiento de una docena de internos y personal de la dependencia, con la casi certeza de que habrá más positivos.