Norma y sus hijas Noelia y Belén regenteaban el Restaurante Fénix en la zona de la Tejeda, uno de los polos gastronómicos más prósperos de la ciudad.

Cuando llegó la cuarentena entendieron que no podían esperar el paso de la pandemia y se reconvirtieron. En una semana, el Restaurante Fenix se convirtió en la "coqueta" verdulería Fénix. Aquí la historia.

Reconvertidos: del restaurante a la verdulería