Roberto Chuit, epidemiólogo y director del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de Argentina, recomendó una flexibilización de la cuarentena, ante la necesidad de ir reactivando la actividad económica.

"Yo no peleo que la salud es más importante que la economía. Creo que si hay salud, todo el resto funciona. Creo que es necesario que la economía empiece a marchar. Argentina está en una situación delicada, pero a su vez es necesario que marche", afirmó en diálogo con radio Universidad.

Agregó que, en la medida de las posibilidades, hay que flexibilizar gradualmente las condiciones del aislamento, para recuperar la economía y una vida regular, con las debidas precauciones. "De todos modos, nada va a ser igual después de esto", advirtió.

"Las empresas pueden empezar a trabajar con plantas rotativas, en vez del 100 por ciento en el horario se puede reducir; que se empiecen a dar los procesos necesarios para la vida del país y de todos nosotros", apuntó el especialista.

Respecto de las medidas tomadas hasta ahora, primero el distanciamiento físico y luego una cuarentena total, Chuit se mostró de acuerdo. Las decisiones, dijo, se tienen que tomar "de acuerdo a la evidencia nacional e internacional de lo que el conocimiento va produciendo. Argentina tuvo o tiene la posibilidad de aprender de los aciertos y errores que se están produciendo en otros países", expresó.

"La salud, la vida, es una interacción de cosas. Y también la economía es una interacción de actividades. Y hemos ido aprendiendo que para tener comida necesitamos transporte, gente que se movilizara, después necesitábamos bancos. Entonces, a partir de esta actividad es que uno aconseja situaciones con los cuidados necesarios para que nuestra vida, dentro del conflicto de estar encerrados entre cuatro paredes, sea lo más normal posible", aseguró.

Y remarcó que el gobierno argentino se enfrenta a un dilema. "Una curva de casos que sin restricciones nos llevaba a tener miles, en prácticamente más de un mes de la epidemia, Argentina está con 1700 casos. Esto quiere decir que esta epidemia mostró en el mundo, en países que no hicieron actividades, que la cifra de casos se duplicaba cada dos o tres días. Argentina no tiene este efecto, es más, está ralentizando el número de ocurrencias. Entonces viene la pregunta: ¿mantenemos esto para que la cantidad de personas enfermas disminuya a niveles que a nosotros nos permitan controlarlo, o liberarlo con el riesgo de sufrir una segunda ola y volver a tener que encerrarnos todos?", reflexionó.

El genoma del virus

El desciframiento del genoma del Covid-19 a nivel local es "importantísimo", de acuerdo con el epidemiólogo. El virus, explicó Chuit, surge en Wuhan, y a medida que se contagia entre humanos va mutando. "Que nosotros tengamos esta identificación del virus y poder compararlo con el de China, permite saber cuán igual o cuán distante es uno del otro y cuáles pueden ser las actividades a desarrollar a futuro", aseguró.

El logro del instituto Malbrán sirve "para conocer un virus que está entre nosotros hace menos de noventa días. No es uno que conozcamos hace 10 o 20 años. Entró en el mundo hace 90 días y lo puso en jaque, y está produciendo muchísimas muertes", valoró.

Y aconsejó descreer de los escépticos del virus. "Había mucha gente que decía que esto era una gripe más, que las medidas son exageradas; y con las medidas extremas que se están tomando, con países paralizados, tenemos millones de infectados y casi 100 mil fallecidos. Si esto se hubiese dejado liberado, sin las intervenciones fuertes, serían incontables. Podríamos estar remedando la epidemia de fiebre española, que mató entre 20 y 30 millones de personas", concluyó.