Las principales autoridades de San José de la Dormida brindaron el pasado lunes una conferencia de prensa, con una situación que a la vista se presenta como riesgosa. El contexto es la preocupación por un brote de casos de coronavirus, con 22 positivos confirmados en los tres últimos días.

Participaron desde el intendente Alejandro Allende, el coordinador del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) en el norte de Córdoba, Augusto Díaz, la directora del hospital regional, Cristina Pérez, y el comisario Mario Martín.

"Estamos sumamente preocupados, hubo una fiesta clandestina en la madrugada del 1 de enero y eso es algo muy triste y grave. Hubo alrededor de 50 personas, y tres de esas personas eran positivas", adujo Díaz, agregando que "quienes estuvieron tienen que saber que pueden ser vectores transmisores de esa enfermedad, pueden contagiar y poner en riesgo a sus seres queridos", remarcó Díaz, visiblemente preocupado.

Se confirmó que, quien convocó fue un agente de la policía, quien fue separado, puesto en situación pasiva y con una investigación del Tribunal de Conducta en marcha.

Por eso se organizó un operativo, con cordón sanitario, para realizar hisopados a las personas que fueron identificadas en el evento cuando fue desarticulado, pero "muchas, en su mayoría jóvenes, se fueron".

La fiesta clandestina se realizó sin cumplir medidas sanitarias mínimas, y con el condicionante de que concurrieron algunos portadores de coronavirus.

"Por favor, hoy es el momento de tener empatía", agregaron, en un pedido encarecido para que se comuniquen con las autoridades y puedan ser evaluados.

El comisario refirió "no habrá sanciones ni represalias", pero pidió que quienes concurrieron "vayan voluntariamente", porque "hay un gran riesgo en la sociedad, hay mucha gente en el pueblo que es de alto riesgo".

La directora del nosocomio local, que no recibe pacientes Covid pero que cuenta con "una guardia febril", pidió a quienes posean síntomas leves "que no salgan de sus casas".

En cambio, solicitó "que nos llamen, que tomen conciencia y se hisopen". Y agregó: "No vamos a juzgar a nadie, todos cometemos errores, pero estamos queriendo impedir un brote que puede ser grave".

Pérez remarcó que "quienes se van a complicar son sus padres y sus abuelos", y "lamentablemente, si esto es así vamos a tener que lamentar pérdidas".