El lobo marsupial o tilacino (Thylacinus cynocephalus), también conocido como lobo de Tasmania, tigre de Tasmania o tilacín, fue un marsupial carnívoro originado en el Holoceno.

Era nativo de Australia, Tasmania y Nueva Guinea y se cree que se extinguió en el siglo XX. El 7 de septiembre de 1936 fallecía en Hobart (isla de Tasmania) Benjamín, el último ejemplar conocido de la especie.

Se trataba del último miembro viviente de su género (Thylacinus), cuyos otros miembros vivieron en tiempos prehistóricos a partir de principios del Mioceno.

El lobo marsupial se extinguió en la Australia continental miles de años antes de la llegada de los colonos europeos, pero sobrevivió en la isla de Tasmania junto con otras especies endémicas, como el diablo de Tasmania (Sarcophilus harrisii).

Generalmente suele culparse de su extinción a la caza intensiva, incentivada por recompensas, pero podrían haber contribuido otros factores, como por ejemplo las enfermedades, la introducción de los perros, o la ocupación de su hábitat por los humanos.​

A pesar de su clasificación oficial como extinto todavía se informan avistamientos, aunque ninguno ha sido probado de manera concluyente.

Al igual que los lobos placentarios, el lobo marsupial era un superpredador. Pero al tratarse de un marsupial, la especie no tiene relación filogenética con los cánidos, y sin embargo, debido a una convergencia evolutiva, presentaba una apariencia y adaptaciones similares.