El organismo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), especializado en asuntos relativos al trabajo y relaciones laborales, publicó sus previsiones: en promedio, una caída del 10,7% de la masa laboral mundial en comparación con el último cuatrimestre de 2019. 

La mayor pérdida se da en América (13,1%), Europa del Este y Asia (12,9%). Los sectores más débiles, aquellos que accediendo al mercado de empleo sólo pueden hacerlo en las peores condiciones -legales, salariales y del orden de la salud- son los que ya están encarnando todos los números negativos que los organismos multinacionales van generando a medida que el coronavirus avanza sobre Brasil y parece estar descendiendo, lentamente, del pico que tocó en los EE.UU y Europa.

La OIT, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1969, señala que Sudamérica es una de las regiones, junto con el sur y el este de Europa -siempre desde la periferia y luego hacia los centros económicos-, donde las estimaciones en cuanto a pérdidas de puestos de empleo crecieron a millones desde la última proyección pre-coronavirus. 

Sin ser explícito con respecto a la Argentina, la OIT interpreta que en el segundo cuatrimestre de 2020 Sudamérica perderá un 11,8% de horas laborales. La proyección del primer cuatrimestre había sido del 2%.

En marzo, ya comenzada la transmisión comunitaria en los países de Europa, la organización dependiente de la ONU había difundido una primera proyección: la pandemia podía dejar hasta 25 millones de nuevos desempleados. Sólo en los EE.UU, al momento, 40 millones de personas solicitaron al Estado el seguro de desempleo.

Guy Ryder, titular de la OIT, recomendó tomar medidas urgentes y coordinadas para evitar que el número de despedidos siga aumentando.

"Esto ya no es una crisis sanitaria global, es también una gran crisis económica y del mercado laboral que tiene un impacto enorme en la gente", dijo Guy Ryder, titular de la OIT.

El organismo advierte que los mayores perjudicados son los jóvenes y los peligros de una potencial "generación de cuarentena" debido a los múltiples shocks a los que se vieron sometidos quienes entraron al mundo laboral y todavía están en etapa de plena formación.

Según una encuesta global impulsada por la OIT y por la Iniciativa Global sobre Empleo Decente para los Jóvenes (dependiente de la ONU), uno de cada cinco jóvenes dejó de trabajar desde el comienzo de la crisis del covid-19. La mitad de esos encuestados manifestó haberse vuelto más vulnerable: ansiedad y depresión, un nuevo brote entre los jóvenes a los que el confinamiento y el mercado laboral no dan certezas.

El cálculo. El organismo aclara que los 305 millones de puestos de trabajo de jornada completa son el resultado de la acumulación de horas de trabajo perdidas en todo el mundo por el impacto de la pandemia. Se tuvo en cuenta, para llegar a esa estimación, una carga horaria de 48 horas semanales.