En sólo cuatro meses, las tres redes sociales más populares del mundo han sufrido igual cantidad de caídas o salidas de servicio.

Todas ellas han sido temas del día, con críticas, burlas y los correspondientes memes para Facebook, Instagram y Whatsapp. En particular la de ayer, vinculada a inconvenientes en la red de distribución de contenidos: un grupo de servidores, ubicados en diferentes continentes, dispuestos para la rápida distribución de los contenidos multimedia en diversas plataformas online,

En cada una de ellas, los directivos de Facebook, firma propietaria de las restantes, han optado por escatimar información. Razones comerciales, lógica de competencia para una empresa señalada, con justa causa, como cuasi monopólica.

En cada interrupción de servicio, Telegram, el sistema de mensajería que se presenta como alternativa de Whatsapp, ha sido una de las opciones a que acudieron los usuarios como alternativa para mantenerse en contacto.

Por ello, en sólo cuatro meses, la app desarrollada en 2013 por los hermanos rusos Nikolái y Pável Dúrov, ha sumado al menos un 5 por ciento más de usuarios según las estimaciones de empresas privadas.

Casi la mitad de las nuevas cuentas fueron creadas entre el miércoles 13 y el jueves 14 de marzo, luego que las tres plataformas de Facebook tuvieran una caída simultánea que se extendió por más de 12 horas.

De acuerdo a la más reciente proyección, Telegram ya ha llegado a los 260 millones de cuentas, sin contar a quienes, entre el miércoles 3 y el jueves 4 de julio, decidieron sumarse a la red "del avioncito".

La cifra parece menor frente a los 1.500 millones que cuenta la red del círculo verde. Pero sigue creciendo al calor de cada polémica en torno al manejo de los datos.

Privacidad

¿Por qué Telegram es una opción a la que cada vez más gente acude? Seguramente no haya una sola respuesta.

Por empezar, cuenta con prestaciones similares a la red que diariamente eligen 1.500 millones de personas. Es decir, permite el intercambio de texto, imágenes, audios, videos y documentos entre usuarios individuales y grupales.

Precisamente, las opciones para descubrir y sumarse a grupos es una de las grandes ventajas. Para ello cuenta con la posibilidad de vincularse mediante la geolocalización, solicitando una adhesión (siempre) voluntaria.

En paralelo, los chats privados no pueden recibir solicitudes de ingreso, por lo que no hay posibilidades para extraños indeseados.

Y aquí sí damos con la razón principal por la que muchos prefieren a la red social que se basa en servidores rusos: presenta mayores herramientas para la protección de la privacidad de sus usuarios.

Telegram permite crear cuentas controlando la exposición de datos sensibles, como el número telefónico, la foto y el nombre real del usuario.

Cada usuario puede crear más de una cuenta, pudiendo dividir así la información según se trate de familiares, amigos o trabajo.

Cada cuenta puede ser configurada para ser visible sólo a determinados usuarios, como también se puede poner límite a la posibilidad de reenviar y compartir información presente en cada chat.

Además, se puede eliminar todo el contenido de un chat, incluyendo lo que el otro usuario haya recibido.

En definitiva, privacidad y seguridad para los datos que se intercambian, conceptos clave sobre las que las políticas de Facebook han mostrado muchas falencias.