Residente en una zona cercana, Sara salió este mes con su reposera, cruzó Avenida del Libertador y la plantó en una plaza de Palermo, Buenos Aires. Allí cumplió su objetivo, violatorio del aislamiento obligatorio dispuesto en el país: tomar sol en plena siesta.

No mermó en su actitud pese a la presencia de la Policía de la Ciudad, que informó su delito, por incumplir el artículo 205 del Código Penal.

Solo atinó a decir que "me quedo veinte minutos y me voy", mientras apuntaba su vista al cielo, anteojos de sol mediante. Se negó, en reiteradas ocasiones, a regresar a su vivienda.

La mujer se negó a cumplir la cuarentena, que busca "impedir la introducción o propagación de una epidemia", como reza la norma.

Cuarentena | Tensión en Palermo: una señora que salió a tomar sol