El inicio del año 2019 empieza a mostrar, con la quita de subsidios al transporte de parte del gobierno nacional, sus consecuencias.

En las últimas horas, la empresa Enrique Romero Sociedad Anónima (ERSA), confirmó su salida de la prestación del servicio de transporte urbano, por considerar que, en las condiciones actuales, no es rentable.

Lo anticipó pese a que, desde el primer día de enero, el costo del boleto pasó de $ 10,35 a 19,50 pesos, y en el medio de reclamos de la UTA pidiendo por una deuda de $ 2.300 por empleado que no pagó en diciembre.

De todas formas, por contrato debe continuar la prestación hasta que se licite a una nueva empresa.

La cuestión no pasa desapercibida en Córdoba, donde la firma correntina traslada a casi el sesenta por ciento del total de los pasajeros en la ciudad capital.

El contexto marca, a su vez, recientes asambleas de los choferes por la retención indebida de cargas sociales, y la demora en el pago de obra social y cuotas alimentarias.

En tal sentido, varios empleados se vieron privados de la obligatoria cobertura de salud.

En las autoridades locales, hay expectativa en que la situación se normalizará, a sabiendas de que pese a la quita de subsidios nacional, los montos están cubiertos.

ERSA despliega, desde su desembarco en tierras cordobesas, un exponencial crecimiento, haciéndose cargo en un principio de la prestación ante la salida de Ciudad de Córdoba, y en los últimos tiempos “gerenciando” líneas que cubre la firma Aucor.

Hace un año atrás, la Municipalidad capitalina esgrimió haber certificado el estado de las cuentas de la firma, para autorizarle mayor participación.

A su vez, la empresa amplió su margen de intervención, con la cobertura de servicios interurbanos en la provincia, y siendo parte del sistema de recolección de residuos en la ciudad.