Un enorme gesto de cariño y generosidad tuvo Juan Moreira, de 88 años, con la empleada que lo acompañó gran parte de su vida en su negocio familiar: le deja en vida a Deolinda, la mujer que comenzó a trabajar con él y su esposa cuando solo tenía 12 años, el local comercial que atiende desde hace 60 años.

La pareja no tuvo hijos, por lo que antes de fallecer la mujer de Juan, el matrimonio había decidido dejarle el negocio, el auto y la casa a Deolinda, en reconocimiento por la dedicación a sus tareas y al  vínculo familiar que se formó entre ellos.

La vida de la mujer, quien proviene de una familia humilde y con muchos hermanos, estuvo marcada por la carencia y la necesidad de trabajar desde muy pequeña.

Comenzó a trabajar a los doce años haciendo las tareas domésticas en la casa de los esposos Moreira, y luego comenzó a ayudarlos en el negocio familiar.  Con el correr del tiempo, la mujer se ganó el cariño y respeto de sus empleadores.

En diálogo con Puntal, Moreira dijo que la mujer "es como una hija" y recalcó que fue decisión de pareja dejarle estos bienes por la dedicación que Deolinda tiene hacia la empresa y hacia él, con quien almuerza todos los días.

Por su parte, la mujer agradeció el gesto porque todo lo aprendió con ellos y para ella "son su familia", junto a su marido y sus hijos.

"Ojalá que el gesto de don Moreira contagie a otras personas" sostuvo y destacó que pese sus 88 años de edad, don Juan "sigue manejando su negocio; es quien habla con viajantes, proveedores; y quien paga y maneja sus cuentas".

Fuente: Puntal