Un día, por la radio, Miryam Díaz escuchó una cargada bien futbolera: "te dicen alfajor de pollo, porque no existís". A partir de eso, decidió romper el mito y se le ocurrió que podía crear esa variedad.

"Pensé: 'no debe ser tan difícil'. Tenía que ser salado. Me puse a idear cómo armarlo y combinarlo y bueno, salió muy rico", indicó la mujer en diálogo con Radio LU5 AM600. A eso le sumó, tras el éxito del de pollo, el alfajor de cabrito y ternera.

Un nuevo invento cordobés: el alfajor de pollo

El secreto es la mezcla se sabores. La estructura es clásica de alfajor: dos tapitas, saladas en este caso, y un relleno que nace de la mixtura entre la carne de pollo, cebolla de verdeo, orégano, laurel y algún otro agregado que Miryam se guarda para sí.

En este verano, cada alfajor sale 50 pesos. "Pesan 80 gramos (el doble que uno de dulce de leche) y son una buena opción por ahí para alimentar a los niños", planteó la emprendedora. Además, ya confirmó que está trabajando en una opción vegana.

Se los puede encontrar en Nono, localidad de Traslasierra, en la provincia de Córdoba. A la hora de pensar con qué comerlos, la autora dice que no hay algo tan establecido: "hay gente que los come con café y otra con cerveza". Habrá que acercarse.