La escuela especial Luis Morzone de Unquillo lleva quince años de proyectos sin un edificio que les permita funcionar cómodamente.

Esta mañana, la madre de un alumno de la escuela se encadenó a la puerta del edificio sin terminar para que lo finalicen. El edificio está avanzado en un 90 por ciento, pero falta la instalación y habilitaciones de luz y gas, por lo que la escuela aún no puede mudarse.

Actualmente, las clases se dictan en un espacio prestado de una escuela convencional. "Nuestros hijos, en el otro colegio, tienen muchas falencias", indicó Patricia, la madre encadenada.

"Ya estamos cansados de las mentiras, de las promesas, estamos promediando el año y seguimos en la misma", lamentó, para apuntar que la obra está siendo desarrollada por el gobierno nacional.