La multinacional Unilever cerró la fábrica Arisco en La Rioja y despidió a de 120 empleados.

"La industria alimenticia está atravesando un período de estancamiento desde hace varios años debido a la caída generalizada del volumen de producción, como consecuencia de la desaceleración local en los niveles de consumo", expresó la empresa en un comunicado.

La planta producía aderezos y salsas. "Esta es una medida de última instancia que se toma con suma responsabilidad luego de haber analizado y agotado todos los cambios y adaptaciones en otros aspectos de la operación", agregó.

La multinacional también acalaró que pagará el 100% de las indemnizaciones acorde a lo establecido por ley.

Miriam Espinosa, secretaria de Trabajo de La Rioja, confirmó a Página 12 que el Gobierno intentó interceder por los trabajadores “pero la empresa ya tenía cerrada su decisión”.