El precio del barril de crudo Brent, el de referencia en Europa, subió un 10,5% en el mercado de futuro de Londres a raíz de los ataques del fin de semana contra la industria del petróleo de Arabia Saudí, primer exportador del mundo y segundo productor, por detrás de Estados Unidos. El petróleo del International Exchange Futures, para entrega en noviembre, cotizaba al comienzo de la sesión de este lunes en 66,56 dólares, frente a los 60,23 dólares al cierre del pasado viernes. Los precios para América Latina han experimentado una suba aún mayor cotizando con un sobreprecio de hasta 18%.

Los precios del oro negro se han disparado después de que los ataques con drones asumidos por los rebeldes yemeníes Huthi contra la refinería de Abqaiq, la mayor del mundo, y el campo de Khurais, interrumpiesen la mitad de la producción diaria saudí, esto es, 5,7 millones de barriles.

El gigante petrolero Aramco, el principal del mundo, ha indicado que pasarán varias semanas hasta que sus instalaciones vuelvan a operar con normalidad, lo que hace temer sobre las consecuencias que ello pueda tener en el suministro de crudo a nivel mundial.

Arabia Saudí dispone de 188 millones de barriles almacenados que servirían de colchón durante semanas en el caso de necesitarlos. Una fuente del sector citada por Reuters afirmó que las exportaciones estarían garantizadas en las próximas semanas gracias precisamente al stock repartido entre el propio territorio saudí y depósitos en Japón, Holanda y Egipto. Estados Unidos ha ofrecido, no obstante, sus reservas para garantizar el suministro mundial.

Según ha informado este domingo el Financial Times, Riad está en contacto además con varios miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) por si fuera necesario que aumenten temporalmente su producción hasta que el reino restablezca la suya, aunque sin especificar quiénes podrían hacerlo. Entre los países OPEP, Arabia Saudí es el primer productor, seguido de Irak, Irán —sometido a las sanciones de EE UU por su programa nuclear—, Emiratos y Kuwait.

Ante la inquietud sobre una escalda de los precios, el presidente de EE UU, Donald Trump, ha autorizado la liberación de reservas de petróleo del país para que, en caso de que fuese necesario, garantizar el suministro mundial.

Pero además de las decisiones comerciales, Estados Unidos aumenta la presión militar y política en la región.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, afirmó durante el fin de semana que Irán era responsable del ataque , que fue reclamado por el grupo rebelde hutí alineado con Irán de Yemen. Pompeo dijo que no había evidencia de que las armas fueron lanzadas en Yemen y acusó a Irán de "un ataque sin precedentes contra el suministro de energía del mundo".

Irán ha negado las acusaciones de responsabilidad . Su portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Abbas Mousavi, dijo sobre los comentarios de Pompeo que "tales acusaciones y comentarios infructuosos y ciegos son incomprensibles y sin sentido".

Las autoridades iraníes también advirtieron que los activos militares de los EE. UU en la región están dentro del alcance de sus misiles. "Habiendo fallado con la 'presión máxima', [Pompeo] está recurriendo al 'engaño máximo'", escribió en Twitter el ministro de relaciones exteriores iraní, Javad Zarif.

Y mientras la crisis diplomática se profundizaba, Trump tuiteó que eran falsos los informes sobre su disposición a reunirse con Hassan Rouhani, el presidente iraní, antes de estos ataques. “The Fake News dice que estoy dispuesto a reunirme con Irán, 'Sin condiciones'. Esa es una declaración incorrecta (¡como siempre!) ”, tuiteó el domingo.

Los analistas políticos se apresuraron a señalar que esos comentarios vinieron de Pompeo y del secretario del Tesoro Steve Mnuchin, quien hace cinco días dijo ante las cámaras que Trump estaba dispuesto a reunirse con Rouhani "sin condiciones previas" en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.