La Justicia de Córdoba determinó que una alumna de quinto año del secundario fue víctima de violencia de género de tipo psicológica y simbólica por parte de la institución escolar privada que asistía.

Además, la estudiante había sido víctima de violencia sexual por parte de un docente, informó el Juzgado de Niñez, Adolescencia, Violencia Familia y de Género de 4° Nominación de Córdoba.

"El ayudante de la profesora, de nombre G. S., cuando ella estaba en la sala de computación, se le acercó por detrás y sin decirle nada, la agarro con una mano el hombro y con la otra mano el busto, que él permaneció ahí mientras revisó el trabajo práctico que estaba haciendo ella en la computadora", afirma el fallo judicial.

Y agrega: "(La joven) quedó paralizada y no le pudo decir nada porque la tomó de sorpresa. Que se lo comentó a una compañera de nombre L. G. y le dijo que a ella le había pasado lo mismo".

La estudiante denunció el hecho a los directivos de la escuela. Sin embargo, las autoridades no hicieron nada a pesar que dos alumnas y una preceptora denunciaron hechos similares realizados por el mismo docente.

También, las autoridades obligaron a la alumna a que relatara varias veces lo sucedido y a pedirle disculpas al docente. La víctima también fue sancionada por denunciar y fue obligada a seguir manteniendo contacto con el agresor.

El fallo

Tras la sucedido, la alumna decidió denunciar judicialmente al docente y a la escuela.

La jueza Mariana Wallace le dio la razón y ordenó que el victimario asista obligatoriamente a actividades psico-socio-educativas en el Centro Integral de Varones y remitió el expediente a la Fiscalía de Instrucción de Delitos contra la Integridad Sexual del 2° Turno.

También ordenó al colegio que desarrolle un protocolo de intervención temática e instancias de capacitación.

Como reparación simbólica, el colegio deberá colocar una placa de material perdurable con un texto elaborado por la víctima que sirva como recordatorio de hecho.

"El texto es realmente de una sabiduría y una profundidad digna de la joven. Ella refiere que no quiere sentirse valiente, quiere sentirse segura. Para eso tuvo que optar entre callarse y sufrir las consecuencias o entre hablar y sufrir las consecuencias. Y eligió hablar", expresó la jueza a Canal 10.