Terminó el viernes 13 (no te cases ni te embarques) la audiencia pública virtual por la autovía de Paravachasca, que había arrancado el lunes 9. La convocatoria fue hecha por la Secretaría de Ambiente de la Provincial.

Desde el punto de vista vial, la obra incluiría un cruce con la actual autovía de la ruta 5 y en la intersección con la C45, en Alta Gracia; en la zona de Anisacate el cruce con el Camino Costa Azul; la intersección con la ruta E56; un nuevo puente sobre el río Anisacate, un desvío y acceso a Villa Los Aromos y otro acceso a nivel en La Serranita. Desde el punto de vista ambiental, impactará de lleno en una zona donde quedan algunas de las escasas reservas de bosque nativo y todavía marcada por los incendios que en 2020 arrasaron 300 mil hectáreas en la provincia.

Hubo voces a favor y muchas, la mayoría, en contra y con propuestas alternativas. El proyecto llegó a la audiencia incumpliendo la legislación actual: el Estudio de Impacto Ambiental de la Autovía de Paravachasca fue realizado sobre una traza absolutamente ilegal ya que nunca tuvo tratamiento legislativo.

El gobierno de la provincia y la legislatura provincial parecen, con este proyecto, haber decidido ignorar el estado actual del cambio climático en el mundo y las trágicas experiencias de nuestra propia provincia, pese a las advertencias, que con base científica se han presentado en la audiencia.

Un ejemplo revelador es la ponencia de la ingeniera agrónoma y doctora Alicia H. Barchuk, reconocida investigadora y docente de nuestro medio, que en su momento participó en el proceso de Ordenamiento Territorial de Bosque nativo (Ley 26331) y evaluó las causas y las consecuencias de las inundaciones ocurridas en la cuenca de Río Ceballos Saldán el 15 de febrero de 2015, donde se produjeron más de 15 muertos y cuantiosos daños materiales.

La profesional advierte que el proyecto "pone en situación de riesgo severo a toda la población que se encuentra en las cuencas de los ríos Anizacate y del arroyo Alta Gracia, además de la pérdida de los servicios ecosistémicos a escala de cuenca hídrica".

Utilizando fotos satelitales muestra que "en la subcuenca Anisacate Superior la cobertura vegetal de bosque nativo no supera el 50 %" y alerta que "los cambios de uso del suelo que reduzcan a un 40 % la cobertura de esta subcuenca torna al sistema ecológico altamente inestable con alta posibilidades de pérdida de resiliencia y con la siguiente ocurrencia de eventos catastróficos".

Recuerda, con datos y registros de las catástrofes ya ocurridas, que en las zonas de montaña, remover la vegetación facilita la escorrentía violenta de las  aguas, con las consecuencias previsibles. Todo ello agravado por "un escenario de cambio climático donde las sequías recurrentes y las lluvias estacionales intensas y abundantes" serán lo característico.

Por si todo esto fuera poco, en las conclusiones, el trabajo mencionado se ocupa de recordar que "la zona estudiada pertenece a la Categoría I Roja de Alto Valor de Conservación según la Ley Provincial de Ordenamiento Territorial de Bosque Nativo n° 9814, por lo que no es factible continuar el cambio de uso del suelo".

El texto completo de la presentación puede consultarse aquí.