Ocurrió el pasado viernes en la zona norte de la ciudad de Córdoba, en medio de un conflicto que llevaba varias horas, por una deuda de drogas, pasaron de insultos a piedrazos y luego la situación se agravó cuando aparecieron armas de fuego.

Un niño de 9 años quedó en medio de una balacera cuando andaba en bicicleta. Las balas recién se detuvieron cuando alguien gritó por el niño, que cayó al suelo alcanzado por un balazo.

Su padre y otros vecinos lo cargaron en un auto particular y lo llevaron al hospital Infantil, del cercano barrio de Alta Córdoba, donde los médicos fueron enfáticos en advertirles a la familia que ese chico sólo había sobrevivido por casualidad. El proyectil le había atravesado de lado a lado el cuello, pero no le afectó ningún órgano vital. El niño fue dado de alta el domingo, pero su recuperación aún es complicada.

Ocurrió cerca de la esquina de calle De la Recova y Toledo de Pimentel, en la zona conocida como “el Pueblito”, según las denominaciones internas de Marqués Anexo, a sólo 20 metros del lugar donde el pasado 4 de febrero Yamila Alejandra Gigena (23) fue asesinada de un tiro cuando salió a observar un tiroteo ajeno. Aquella vez, algunos de los nombres de los sospechosos coinciden con los que ahora figuran detrás de la balacera en la que el niño fue herido.

Son las mismas bandas, según se sospecha, que la mañana de aquel lunes de febrero habían estado involucradas en el ataque a balazos que dejó a Rubén Alejandro Carnero (19) malherido con un tiro en el estómago.

Por estos dos episodios, en total hoy hay siete detenidos sospechados de integrar ambos bandos. Pero, a la luz de lo sucedido el viernes pasado con el pequeño de 9 años, en el mismo radio de cuadras, está claro que en Marqués Anexo la violencia sigue teniendo lugar en medio de la pandemia por el coronavirus.

Fuente: La Voz del Interior