En el juicio por el asesinato de María Eugenia Cadamuro, ocurrido en 2017, la fiscalía de la Cámara 8 del Crimen pidió que Jeremías Sanz, hijo de Cadamuro y principal acusado, sea condenado a cadena perpetua.

Durante el proceso Nicolás Rizzi, el joven detenido por presunto encubrimiento el pasado 7 de noviembre y amigo de Sanz, se quebró y confesó que fueron ellos quienes habían enterrado el cuerpo de María Eugenia.

El fiscal Hugo Almirón considera que, luego de los alegatos y de las pruebas aportadas, se probó que Sanz asesinó a su madre. De acuerdo con el fiscal, Rizzi reconoció "todo el itinerario que se hace esa noche, reconoce haber visto el cuerpo con parte de la cara destruida" y da detalles de cómo se cometió el crimen.

Almirón indicó que el principal factor para asesinar a Cadamuro podría haber sido económico, aunque sus bienes ya estaban a nombre de los hijos y de una hermana de la víctima. María Eugenia, precisamente, quería recuperar esos bienes y a sus propios hijos y asegurarles un futuro, cosa que no logró.

Por ello es que el fiscal pidió que se investigue tanto a la hermana como al cuñado de la mujer asesinada. Ambos, según el fiscal, "tenían un interés para que desapareciera María Eugenia y fundamentalmente el conflicto enorme que tenía con ellos puede ser que los lleve a algún tipo de complicidad".

Los peritos indicaron que Jeremías Sanz tiene una estructura de personalidad psicopática. "Es un chico sumamente frío, que no tiene empatía por el otro, no le importan las necesidades del otro sino las propias. Narcicista, son personas altamente manipuladoras", expresó el fiscal Almirón, y explicó que a pesar de esto sigue siendo imputable.

Por último, la fiscalía pide que al ser una persona solvente, el acusado también pague las costas de la casa, no limitados a la tasa de justicia sino extensibles a la búsqueda de la víctima.

La sentencia se conocerá el martes 17 de diciembre después del mediodía, luego de casi tres meses de juicio.

El caso

María Eugenia Cadamuro (46 años) desapareció de su casa el 15 de marzo de 2017 dejando la luz prendida y el auto abierto.

Tres meses después, el 16 de junio, se encontró su cuerpo enterrado en un campo de Villa Gutiérrez, al norte de Jesús María, localidad de donde era oriunda.

Cadamuro fue asesinada de tres disparos de escopeta, uno en la cabeza y dos en la espalda.

La víctima se había casado en Estados Unidos y estaba en Córdoba por la salud de su madre, quien falleció al día siguiente. Esa muerte desató una disputa familiar por la cuestión económica.