El cambio de color político en la provincia de Santa Fe tiene sus repercusiones, con epicentro en Rosario, donde en lo que va de 2020 se contabilizan un total de 17 crímenes. Todos apuntan a bandas dedicadas al narcotráfico.

El terror se acrecentó con la decisión oficial de remover a toda la cúpula policial, desplazando un total de 42 jefes de la fuerza. Para las autoridades, las organizaciones ilegales ven recortados privilegios y buscan “generar la conmoción pública”.

Se refieren disputas por el territorio y connivencia oficial. Mientras tanto, en las últimas horas se produjeron dos crímenes: Franco Strambi fue alcanzado por cinco disparos, realizados por ocupantes de una moto, mientras caminaba por la calle; y a Ángel Avaca, hijo de un suboficial de la Policía de Santa Fe condenado a por cobrar dinero de la banda Los Monos, lo emboscaron y acribillaron a tiros.

La localidad venía consternada tras el asesinato de Enrique Encino, a quien mataron mientras se encontraba en el balcón del casino City Center. No es menor que, por el hecho, haya sido detenido un hombre vinculado a “Guille” Cantero, líder de Los Monos: Maximiliano Díaz.

El gobernador Omar Perotti debió salir a intentar llevar tranquilidad, reuniones con varios intendentes mediante. Con las bajas policiales ordenadas como contexto, autorizó a efectivos a usar balas para contrarrestar ataques y prometió “una nueva fuerza policial”.

Y fue tajante al afirmar: “Hay que cortar los vínculos con el delito, hay que tener la firmeza necesaria y la templanza para que la provincia sea de la gente decente, de la gente trabajadora”.