Sergio Faustino Pérez (51) fue condenado este martes a diez años de prisión por el asesinato del peón rural Pedro Luis Murúa (38) en 2012 en la Pampa de Olaen.

Aunque el cuerpo de Murúa no fue encontrado, la Cámara en lo Criminal y Correccional de Cruz del Eje determinó la autoría del crimen en base a varias evidencias y testimonios.

A su vez, dos peones, Roberto Carlos Camino y José Antonio Guerra, fueron beneficiados con una probation. Ambos estaban acusados de encubrir el asesinato.

El asesino de Pedro Murúa fue condenado a 10 años de prisión - Informe Bruno Suárez by cba24n.com.ar

Una condena sin cuerpo

El peón rural Pedro Luis Murúa desapareció un 2 de octubre de 2012 en el paraje Lomas Limpias de la Pampa de Olaen. Tenía 38 años de edad.

Por nueve años, su desaparición estuvo envuelto en misterio ya que no había pruebas concretas sobre su paredero. Es más, Sergio Faustino Pérez fue condenado por el homicio de Murúa pero el cuerpo del peón nunca fue encontrado.

Según la causa judicial, Murúa había salido de su hogar por la tarde para buscar a su hija que estaba en la escuela rural Obispo Salguero. Sin embargo, nunca llegó a destino.

La única pista que encontró la Policía en ese momento fue la moto de Murúa, tirada al costado del camino en la Pampa de Olaen, con las llaves puestas y las luces encendidas.

Tras tres meses de búsqueda y sin indicios contundentes, la causa fue cerrada.

En 2019, la Fiscalía de Cosquín a cargo de Paula Kelm reabrió la causa y comenzó a centrar la investigación en Sergio "Cabeza" Faustino Pérez, un criador de cerdo con fama de violento que había tenido disputas con Murúa.

Ver: Reabren causa por la desaparición de un hombre en 2012

Tras “un complejo trabajo investigativo”, Kelm ordenó la detención e imputación por homicidio simple de Pérez. Las escuchas telefónicas apuntaban a su responsabilidad en el asesinato.

Las declaraciones contradictorias de los compañeros del detenido, Roberto Carlos Camino y José Antonio Guerra, terminaron inculpándolo y se pudo conocer cómo fue el asesinato.

Según la causa, Murúa estaba atravesando una tranquera cuando fue sorprendido por Pérez. El hombre le asestó un machetazo en la cabeza al peón rural. Sin testigos, el asesino condujo la moto del fallecido unos ciento de metros más lejos para desviar la atención y escondió el cuerpo en diferentes lugares del campo.

Con la ayuda de Camino y Guerra, el asesino habría incinerado el cuerpo de Murúa y habría arrojado las cenizas en un arroyo cercano.