Desconsolado, Pablo Ventura había recuperado su libertad en la noche del martes. Y el miércoles concedió una entrevista donde planteó su postura.

Según se desprende de la investigación, algunos de los involucrados mencionaron su nombre, aunque logró comprobar que se encontraba en Zárate en la fatal noche del asesinato de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años atacado por una patota.

Más tranquilo, reconoció que iniciará una demanda a los diez acusados del hecho, por haberlo involucrado.

Si bien todos son habitantes de la localidad bonaerense, el vínculo entre la decena de rugbiers y Ventura, que últimamente practica remo, es casi nulo.