Comenzó este martes en Rosario el juicio contra Oscar Alberto Racco, quien está imputado por privación ilegítima de la libertad agravada en concurso ideal, con el delito de reducción a la servidumbre en concurso real con abuso sexual con acceso carnal, en grado consumado y en calidad de autor.

En la primera audiencia del debate, la mujer abusada pidió justicia y describió las aberraciones a las que fue sometida: "Espero Justicia. Mi gran compromiso es que nunca otra mujer vuelva a pasar por lo que pasé", dijo María Eugenia, quien fue sometida durante 23 años a encierro, golpes y violencia sexual.

"Que ninguna otra mujer sea víctima y eso la lleve a la muerte. Espero poder olvidarme de todo esto, tener paz. Esperaría tener la máquina del tiempo y volver 25 años atrás, abrazar a mi viejo que es una de las cosas que nunca jamás voy a poder hacer y criar a mi hijo; pero sé que esos dolores no se van a ir. Que sea lo mejor que se pueda. Gracias", fueron sus palabras en el primer día de audiencia en el juicio oral contra su victimario.

Los detalles del horror al que fue sometida:

En la causa constan los abusos que Racco perpetró contra María Eugenia durante más de dos décadas. Según se informó, la tuvo atada con una cadena a la cama durante los primeros cuatro o cinco años de cautiverio en la casa de Santiago 3558, en el sur de Rosario.

Sufrió también violaciones reiteradas, golpizas constantes y sólo podía salir a la calle acompañada por él y con otro nombre, que él le asignó, Lucía Puccio. También le retuvo su Documento Nacional de Identidad, que María Eugenia pudo recuperar el 28 de abril de 2019, y esconderlo entre la plantilla y la suela de su zapatilla. 

La fiscal Luciana Vallarella describió el infierno por el que pasó María Eugenia.  Imagen: Andres Macera
La fiscal Luciana Vallarella describió el infierno por el que pasó María Eugenia. Imagen: Andres Macera

La mujer era obligada a arrodillarse y rezar durante horas como penitencia por "ser mala persona y prostituta". También era obligada a limpiar la casa, trabajar sin recibir pago, lavar la ropa de toda la familia, cocinar y limpiar varias veces por día la vereda sin mirar a sus vecinos, siempre bajo la mirada vigilante de él.

"Durante 23 años no pude asistir a un médico", dijo la víctima, que el martes detalló las dos o tres veces que recibió atención odontológica después de meses de dolores, y que asistió a un hospital, ante situaciones límite. Un día que él la estaba golpeando abajo del tanque de agua, ella se tiró para abajo, con el deseo de escapar. La cosieron en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Tenía la ilusión de encontrar alguien a quien pedirle ayuda, pero Racco se metió en la guardia, porque conocía a alguien. 

La declaración de la sobreviviente duró más de cuatro horas, y tuvo momentos de altísima emoción. "Yo siempre me pregunté qué era lo que estaba pagando, qué le había hecho, porque él siempre me decía que yo tenía que pagar", dijo ayer la mujer de 44 años, que recuperó su libertad el 8 de mayo de 2019, cuando logró escapar con 640 pesos, dos fotos de su hijo, una carta de su papá que había encontrado ordenando papeles del imputado y su DNI.

Según su testimonio, al salir de la casa corrió dos cuadras aterrorizada, temiendo que algún vecino la delatara, o que apareciera un taxista que conociera a Racco. "Yo creía que él conocía a todo el mundo, ni siquiera la policía me podía ayudar", dijo en su declaración judicial.

El juicio contra Oscar Alberto Racco comenzó el martes en los Tribunales de la ciudad de Rosario. Foto: La Capital
El juicio contra Oscar Alberto Racco comenzó el martes en los Tribunales de la ciudad de Rosario. Foto: La Capital

El comienzo de la pesadilla:

María Eugenia tenía 19 años, y un nene de menos de dos cuando, a finales de 1995, comenzó a salir con Racco. Al poco tiempo, las escenas de celos y el control se convirtieron en golpes y tormentos. Ella quiso terminar la relación pero él se presentó en su casa, la golpeó a pesar de la intervención de su familia se la llevó por la fuerza. 

"Durante los primeros años la tuvo encadenada a la cama encerrada en una habitación que no tenía picaporte. Le pegaba patadas, cintazos y latigazos. Era tanta la violencia y el dolor que ella se arrojó desde la terraza para escapar. Con el tiempo la limitación fue más psicológica ", dijo la fiscal Luciana Valarella el martes en su alegato.  

Racco la sometía a todo tipo de violencia psicológica, amenazándola constantemente: "No te voy a matar, te voy a pegar un tiro en cada rodilla, para que estés en silla de rueda y con una bolsita para ir de cuerpo, y así vayas viendo cómo mato a todas las personas que querés". Él tenía un arma y muchas veces, las relaciones sexuales eran con revólver en la cabeza de María Eugenia.

Volver a ver la cara de su victimario:

El imputado, de 60 años, estuvo esposado en la sala de audiencias donde comenzó el juicio oral y público por reducción a la servidumbre, privación ilegítima de la libertad y abusos sexuales reiterados. Antes de la declaración de la sobreviviente la fiscal Vallarella pidió sacar al acusado del lugar, para que ella pudiera declarar "con libertad".

María Eugenia fue privada de criar a su hijo, con quien recuperó el vínculo a partir de 2019. Durante años no pudo tener contacto con su familia y se enteró de la muerte de su papá varios años después de su fallecimiento.

A veces, el papá pasaba por la puerta de la casa y le dejaba cartas, que ella no recibía, porque se las escondían. Un día, ordenando, encontró una en la que el padre le implora "Salvate". Fue una de las pocas cosas que levantó el 8 de mayo de 2019 para conservar en la nueva vida que inició, con el apoyo de las áreas de género de Rosario y de la provincia donde reside actualmente.

El juicio, que comenzó este martes, se estima terminará el 2 de agosto, con la condena de Racco.

Fuente: Página 12