A más de dos años y medio del hecho, el pasado viernes 13 de diciembre el fiscal de Villa María, René Bosio, decidió imputar a seis médicos del hospital Pasteur en la causa en que se investiga la muerte de una adolescente que sufriera un aborto espontáneo.

Se trata de Lucrecia Ñañez, quien con sólo 15 años cursaba el tercer mes de un embarazo al que médicos de su familia habían definido como "riesgoso". Por tal razón, la niña había dejado de asistir con regularidad a clases.

Según la acusación de la familia, los profesionales que la atendieron actuaron con negligencia, razón por la cual presentaron una denuncia penal.

Sobre tal denuncia comenzó a trabajar la fiscalía local, que ha dispuesto la imputación de los acusados por "mala praxis", según lo establece el artículo 84 del Código Penal: "Será reprimido con prisión de seis meses a cinco años e inhabilitación especial, en su caso, por cinco a diez años el que por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo, causare a otro la muerte".

Legrado

Según las declaraciones de los familiares, en la madrugada del 31 de mayo de 2017 Lucrecia acudió junto a su abuela al Hospital Pasteur, manifestando fuertes dolores abdominales. Tras una rápida revisión, los médicos la enviaron a su casa y le sugirieron que profundice sus cuidados, sin medidas complementarias.

Ante la continuidad del cuadro, la niña y su abuela acudirían, ya al día siguiente, a un centro privado donde se constataría que horas antes había sufrido un aborto espontáneo.

Ya fe urgencia, fue trasladada nuevamente al Pasteur. Debían quitarle el feto, aún alojado en el útero. Era una operación de riesgo.

Tras una internación de 24 horas sería nuevamente dada de alta y enviada a continuar con reposo domiciliario.

Sería esa la última vez que se alojaría en su casa. Tras un cuadro de fiebre, vómitos y dolores volvería al hospital donde la someterían a una nueva operación, esta vez para la extracción del útero.

Ya con una infección generalizada, Lucrecia entraría en coma farmacológico, estado en que permanecería hasta su muerte, el 5 de junio de 2017.

Veinte personas

El fiscal Bosio ha dispuesto el secreto de sumario para la causa. La información sobre ella ha llegado por parte de la querella, que ha pedido la máxima severidad para los profesionales que intervinieron en todo el proceso.

Según afirman, han sido unos 20 médicos los que atendieron a Lucrecia, desde aquella visita en que no constataron el aborto espontáneo hasta la operación final. De ellos, once habrían tenido alguna responsabilidad.

Aseguran, además, que el legrado fue practicado de manera incorrecta, sin eliminar todos los restos del feto.

El deceso se habría producido a causa de una infección general para la cual ni siquiera le habrían recetado antibióticos.

Finalmente son seis los médicos imputados. Todos ellos cuentan con representación legal y se espera que brinden declaración durante la semana en curso.