"Mi nombre es José Luis Flores y quiero contarles lo que me pasó, lo que me tocó vivir, porque yo también tuve que luchar contra un enemigo invisible como dice el presidente Alberto Fernández: El prejuicio, la discriminación y el miedo en primera persona".

Así comienza la nota que difundió por redes sociales un vecino del barrio Poeta Lugones, al norte de la ciudad de Córdoba, quien fue objeto de un hostigamiento por distintas vías por parte de sus vecinos.

Según explica en dicho texto, debió acudir a los servicios médicos domiciliarios por un cuadro que incluía vómitos, tos y diarrea. Los profesionales le sugirieron su traslado a un centro asistencia, donde le realizaron los controles de rigor.

Finalmente los resultados de dichos controles indicaron que no había infección por COVID19. El diagnóstico final fue úlcera, que Flores vinculó con problemas previos.

Sin embargo, en los días posteriores a la presentación del cuadro médico toda la familia de José sufrió distintas formas de hostigamiento por parte de los vecinos.

"En los grupos de Whatsapp del barrio donde vivo, uno donde está la policía y el otro donde solo están los vecinos, comenzaron a decir que había una persona que estaba contagiada de la enfermedad del coronavirus 2019 (covid-19); dieron los datos completos de mi domicilio, indicaron que si yo no respetaba la cuarentena que por favor fuera denunciado", denuncia el hombre, de nacionalidad venezolana.

"La noticia como un virus comenzó a propagarse y lo que empezó en el grupo del barrio se viralizó. Llegó a los famosos grupos donde están las mamas de un colegio, entre otros. Comenzamos a recibir llamadas al teléfono fijo, mensajes. La misma noche del jueves, un familiar fue a la comisaria de Poeta Lugones, ya que estábamos asustados y preocupados, para hacer una exposición de lo sucedido. No quisieron recibirnos dicha exposición, le indicaron que llamáramos por teléfono al 101. Al regresar al hogar, hicimos el llamado al 101, explicamos la situación. Nos enviaron un patrullero para que controle por la noche, para que estuviéramos tranquilos ya que éramos amenazados. Esa noche no sucedió nada", prosigue.

Lejos de tranquilizar las aguas, la presencia policial despertó más enojo en los vecinos.

"Por la mañana recibí mensajes donde se manifestaba que iban a pintar nuestra casa para marcarnos, que nos iban a romper el auto, que teníamos que irnos", afirma el trabajador.

La situación también involucró a un hermano suyo que trabaja en una conocida cadena de restaurantes y comidas del sector.

"Mi hermano también comenzó a recibir llamadas, mensajes de todo tipo en las redes sociales. Un acoso que sólo habíamos podido vislumbrar alguna vez en películas", asevera Flores.

"No hicimos nada, esperamos, sabíamos que el resultado iba a ser negativo, pero en tiempos donde se nos pide que seamos solidarios, jamás imaginamos que, si alguien llegara a vivir una situación tal, si llegara a estar enfermo, si llegara a tener esa dolencia, debería pasar por lo que pasamos. El estar marcados, amenazados y para nada acompañados, ni siquiera nos animábamos a salir a comprar alimento", prosigue.

"Escribo esto porque quiero que se sepa, que quede claro que no tengo la enfermedad del coronavirus 2019 para que nos dejen en paz, nos dejen entender esta realidad que a todos nos aqueja, algo nuevo que nadie ha vivenciado. Adjunto a esta publicación el estudio que confirma dicho resultado", concluye el dramático escrito.