Entre los profundos cambios a los que obligan las medidas de restricción a que obliga la pandemia del coronavirus sin dudas se destacan las modalidades de trabajo.

El teletrabajo o home office, con consiguientes modificaciones en la relación entre los actores del sistema de producción, se ha extendido mucho más allá de lo previsto por análisis previos.

Según un estudio realizado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), sólo un tercio de los empleos formalmente reconocidos contaba con condiciones de posibilidad que permitieran la modalidad de trabajo a distancia.

Con datos de la última Encuesta Permanente de Hogares, el informe señala que sobre casi 12 millones de trabajadores poco más de 3 millones puede cumplir sus actividades en el hogar. Es decir, casi 9 millones no cuenta con la posibilidad de resolver obligaciones en entornos digitales.

Por otra parte, un estudio de la consultora Adecco indica que durante la cuarentena un 56% de los argentinos ha incursionado en modalidades de teletrabajo por primera vez desde su ingreso al mercado laboral. De ese total, un 25% afirma que preferiría mantener esta alternativa laboral.

Las cifras proyectan un futuro inmediato de más pantallas y menos contacto personal. El exponencial crecimiento manifestado por las plataformas para videoconferencias es la prueba más contundente. Según un relevamiento de Telecom Argentina, el uso de la plataforma Zoom creció un 4000 por ciento desde el inicio de la cuarentena en el país.

Frente a ello, muchas empresas deben apurar procesos de digitalización en plazos mucho más urgentes. En particular aquellos que no concebían la posibilidad del teletrabajo.

Oportunidad

La urgencia y la falta de previsión en la implementación de las herramientas digitales constituyen una oportunidad de oro para los delincuentes informáticos. Los descuidos en las configuraciones y la falta de atención de los usuarios completan un abanico de riesgo.

"El teletrabajo representa una buena oportunidad para que la gente termine de aprender algunos conceptos básicos de seguridad informática. Los ciberdelincuentes aprovechan esta situación. Muchas aplicaciones tienen problemas de seguridad. El problema empeora cuando mucha gente empieza a usarla, lo cual ofrece una mayor oportunidad para los delincuentes", advierte el ingeniero Fernando Patrito.

"Los delincuentes saben que las empresas han tenido que hacer su transformación digital en diez días. Han mandado a muchos empleados a la casa. Han salido del ámbito de la empresa, que ya debía tener firewall, redes, etc. Lo han hecho en semanas, lo que expone mucho más a las personas", añade el especialista.

Tras destacar que el delito más común en Argentina es el phishing (sustracción de datos) que concreta luego de acceder a un sitio falso, Patriti remarca que la confianza suele ser la principal "debilidad" que conduce a las trampas plantadas por los criminales.

"Uno cree que no lo van a engañar. Pero el ser humano muchas veces responde a un click de modo emocional más que racional. Como los delincuentes usan ingeniería social, es fácil caer en la trampa. En Argentina hay que tener cuidado principalmente con los lugares donde se hace click. Puede ser algo que nos mandan a través de una red social, un enlace, una promoción. Hay que revisar muy bien antes de hacer un click", subraya.

Conversatorio tecnológico

El mencionado Fernando Patrito será el encargado de disertar en la charla Ciberseguridad: ¿Cómo trabajar en forma segura desde la casa en tiempos de Covid19?.

La misma es organizada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Córdoba y se realizará desde las 18 de este viernes.

Los interesados pueden dirigirse a la página de Facebook del ministerio o a través de Zoom.

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