El sitio Agrofy News publica la historia de Joel Príncipe, quien vive en San Ambrosio, una localidad a 16 km de Río Cuarto.

Terminó la secundaria en una escuela agraria y se dedicó a la siembra y a la cosecha.

Su primer invento, inmediatamente, tuvo mucha repercusión. Su invención busca dar respuesta y facilitar el trabajo rural.

“La experiencia en el campo me hizo dar cuenta de la necesidad de incorporar tecnología, por eso fui aprendiendo solo. Luego que hice el primer piloto me seguí interesando más en la parte de la electrónica e hice un curso básico para arrancar”, contó en una entrevista con el medio especializado.

Se trata de un sistema para que la máquina cosechadora funcione sola “mientras toma mates”.

Consiste en un dispositivo "manos libres" para la trilla de maíz donde se aplica un sistema en el cabezal de la máquina para corregir su dirección, según de qué lado pegue la planta.

El sistema, si bien funciona, aún le falta desarrollo: “Son sensores que guían la cosechadora en el maíz. Tiene que cumplir varios requisitos para que ande bien. El maíz tiene que estar derecho, no debe tener malezas, o si está sembrado en curvas de nivel puede fallar”.