Una enorme indignación causó en Irán y en todo el mundo, el fallecimiento de Sahar Kodayahri, una joven nacida en ese país, quien se prendió fuego al saber la decisión de la justicia, que la condenó a seis meses de prisión por haber sido detenida cuando, disfrazada de hombre, intentó ingresar a ver un encuentro de fútbol en el que participaba Esteghlal, su equipo favorito.

Sahar, conocida en Irán como "La chica azul", por los colores de Esteghlal, tomó esa drástica decisión al enterarse que podría ir a prisión al ser detenida por la policía en marzo pasado, cuando vestía de hombre, con una peluca azul y un largo abrigo.

En dicho país asiático, las mujeres tienen prohibido asistir a los espectáculos futbolísticos, de acuerdo a lo establecido por la Revolución Islámica ocurrida allí en 1979.

La noticia causó una gran indignación en el mundo del fútbol y de organizaciones de defensa de los derechos de la mujer. "Es una prohibición que no está establecida en ninguna ley o regulación, pero que se aplica en forma implacable, afirmó Human Rights Watch, una organización defensora de los derechos humanos.

Irán es el único país que prohibe el ingreso de mujeres en los estadios, aunque ha habido contadas excepciones pero sólo por invitación especial. La familia de la joven manifestó que ella padecía trastorno bipolar aunque la justicia la estaba por juzgar como una persona normal.

Desde todos los ámbitos del este deporte, a raíz de este caso y de otros anteriores, se ejerce una fuerte presión a la FIFA para que tome medidas sancionatorias hacia Irán para que deponga esa postura discriminadora. Las mujeres utilizan el recurso de ponerse pelucas, gorras y hasta barbas postizas para tratar de eludir los controles en los estadios de fútbol.