En tiempos en los cuales el buen funcionamiento de la conectividad en el hogar es un tema crítico, debemos tener en cuenta que nuestro comportamiento como usuarios también incide en el rendimiento del sistema.

En este episodio de Vamos al Móvil reunimos cinco buenas prácticas que provocan un impacto directo en el buen funcionamiento del modem-router hogareño.

Están relacionados con la ubicación del dispositivo porque no resulta lo mismo colocarlo en una mesa ratona que en el estante más alto de la biblioteca.

Si bien lo más cómodo es conectar a internet todos los dispositivos de manera inalámbrica, lo ideal es utilizar cable de red para todos aquellos equipos que lo permiten, tales como computadoras y smart TVs.

Los modem-routers actuales trabajan en dos frecuencias: 2,4 y 5 GHz. Los dispositivos tales como PCs, tablets y smartphones de generaciones anteriores solo se conectaban a la de 2,4 GHz.

Lo que hacemos en el navegador también tiene incidencia en el rendimiento del sistema inalámbrico de nuestros hogares.

Finalmente, quienes necesiten extender la cobertura de la señal wifi deberían considerar los sistemas de malla (tecnología Mesh) que permiten generar una red con distintos puntos de acceso cuyo funcionamiento es totalmente transparente para el usuario, es decir, que su dispositivo (celular por ejemplo) se conecta al equipo más cercano de manera automática.