Se llama Vanesa Lorena Taborda, tiene 35 años y bien puede decirse que es más cordobesa que santafesina, rafaelina para más datos, ya que a los tres años su familia se trasladó desde la provincia vecina para instalarse en esta capital, en donde formó su familia y en uno de cuyos barrios, Ciudad de los Cuartetos, vivió ayer una de las alegrías más grandes de su vida al ser recibida como lo que es: una verdadera campeona.

Todo ocurrió el pasado 19 de octubre, en la ciudad de Bregenz, en Austria, cuando debió combatir con la local Eva Voraberger, por el titulo mundial plata de la categoría gallo del Consejo Mundial de Boxeo.

Vanesa no podía creer cuando en el quinto round el árbitro paró la pelea debido a la falta de respuestas de Voraberger al asedio a la que la estaba sometiendo. Con el cinturón reluciente en sus manos en alto, Vanesa recordó todos los momentos difíciles que tuvo que pasar para llegar a ese momento de gloria.

"Era mi séptima pelea por un título mundial. Había perdido las anteriores. Muchas veces luego de una derrota iba a entrenar y lloraba por la oportunidad perdida", dijo Vanesa.

Lo cierto es que cuando todo terminó arriba del ring sintió un gran desahogo; sentía como que se había sacado un gran peso de encima y que este título mundial podría abrirle una nueva etapa en su carrera deportiva.

"Me gustaría defender el título en Córdoba. Nunca peleé aquí. Siempre fui a otras provincias o al extranjero. Tengo un contrato firmado por el que tengo la obligación de darle la revancha a mi vencida en mi primera pelea como campeona. Ojalá sea en esta provincia", agrega.

Todavía conmovida por el recibimiento de su gente, Vanesa disfruta de sus hijos Milena (15 años), India (13) y Yamil (10) y de la compañia de su esposo y preparador, Marcelo Gutiérrez, un ex boxeador de amplia trayectoria, hermano del ex campeón mundial Omar Narváez, que la acompaña a cada lugar en la que tiene que cruzar guantes, una de las cosas que más la apasiona en la vida.