Pasados dos años del desborde de residuos tóxicos en el predio de la empresa Taym, vecinos de los barrios Parque Santa Ana y Alto el Durazno denuncian que la investigación judicial del hecho está paralizada.

Eduardo Greno, vecino de la zona, dijo a Canal 10: "Aquí estamos pidiendo que la justicia no sea cómplice. En estos dos años venimos denunciando la contaminación, lo que pasó con el agua", afirmó.

Y destacó la actuación del fiscal Peralta Otonello, quien "formó un grupo de peritos interdisciplinarios y la conclusión fue que la contaminación se diseminó y llegó al canal los Molinos, inclusive hubiera llegado a entrar a la planta de agua de los Molinos una hora antes del cierre de las compuertas", aseguró Greno.

"Estamos reclamando porque el gobernador, en ese momento, dijo que estuvimos a un tris de un desastre ambiental y que caería todo el peso de la ley sobre los responsables", recordó.

Luego afirmó que, cuando los vecinos pudieron acceder al expediente, vieron que había "funcionarios involucrados". Greno ejemplificó: "El certificado de no inundabilidad del predio lo suplió por un expediente el actual ministro (de Agua, Ambiente y Servicios Públicos) Fabián López, que en ese momento era director de DIPAS", para agregar que hasta el día de hoy "no hubo respuesta alguna" respecto al tema.

El reclamo se da por el desborde de agua ocurrido el 28 de marzo de 2017 en los diques de contención de desechos peligrosos de la empresa Taym, en el valle de Paravachasca. Debido a la inundación, los residuos tóxicos volcaron sobre el canal Los Molinos, que abastece a la planta potabilizadora de Aguas Cordobesas, ubicada al sur de la ciudad de Córdoba.

La contaminación se confirmó por peritajes realizados por Policía Judicial, que determinaron que las muestras analizadas el día del accidente tenían herbicidas, aceites y metales.

Las muestras que dieron este resultado se tomaron del agua antes de que ingresara a la planta. El agua que pasó el proceso de potabilización, según análisis publicados por el Ersep, indicaban su aptitud para consumo humano y la falta de contaminantes.