Un enorme bloque de hielo de unos 1.580 kilómetros cuadrados, más de tres veces el tamaño de la ciudad de Córdoba, se desprendió de la plataforma de hielo Amery, una de las más grandes de la Antártida.

Pese a que los efectos del cambio climático comienzan a generar graves consecuencias en el planeta, los científicos afirman que este desprendimiento tiene que ver con ciclos naturales.

El nuevo iceberg, denominado D28, terminó de escindirse completamente de la plataforma ubicada al este de la Antártida el pasado 25 de septiembre, de acuerdo a lo informado por el programa de observación de la tierra de la Unión Europea en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA).

El bloque desprendido tiene unos 210 metros de espesor y contiene 315.000 millones de toneladas de hielo. Pertenece a las plataformas de hielo que se forman donde los glaciares antárticos se encuentran con el océano.

“Es un desprendimiento importante, aunque no es ni mucho menos el más grande”, explicó el geólogo y experto en polos y hielo Jerónimo López al sitio elpais.com

La ruptura no estaría vinculada con el Cambio Climático

Por el momento este desprendimiento no afectará directamente el nivel del mar porque las plataformas de hielo ya están flotando en el agua. En cambio el derretimiento del hielo que se encuentra sobre tierra firme, sí es causante del aumento del nivel del mar.

De acuerdo a lo que indican los especialistas, estas plataformas de hielo crecen en algunas zonas costeras de la Antártida por el empuje de los glaciares que provienen del casquete polar, de forma que se crean enormes masas de hielo que descansan sobre el fondo marino o flotan sobre él.

Pero como no pueden crecer indefinidamente, el frente se hace inestable y se fractura por su propio crecimiento natural y por la acción marina.

“Es un fenómeno relativamente frecuente, que no tiene que ver con el cambio climático”, explicó López.

En el mismo sentido, Helen Amanda Fricker, profesora del centro Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, asegura que "Aunque hay mucho de lo que preocuparse en la Antártida, no hay aún motivo de alarma sobre esta plataforma de hielo en concreto".

Aunque la rotura del iceberg D28 no tiene que ver con el calentamiento global, López recuerda que este es “evidente”, y que los científicos deben estar atentos a si estos desprendimientos son cada vez más frecuentes.

Sin embargo, la rotura de las plataformas de hielo, en general, sí tienen una “enorme importancia de manera indirecta”, afirma. Al fracturarse, se reduce el freno que suponen para los glaciares que hay detrás, cuyo flujo se ve aumentado. Ese hielo proviene del continente, por lo que su llegada al mar si incrementa su nivel. “Si se producen más roturas y son más frecuentes, es una vía de pérdida de hielo en la Antártida y de aumento del nivel del mar”, explicó López.-

EFE – BBC – elpais.com – lavanguardia.com