No son pocas las voces que coinciden en que aquel equipo estaba para ser campeón. Pero el golpe de la inesperada despedida de Diego Maradona torció la historia de Estados Unidos '94.

Hace 28 años, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) confirmaba que el control antidoping realizado al astro tras el 2-1 a Nigeria había dado positivo de efedrina.

Esa certeza derivó, por un lado, en que aquel haya sido su último partido con la camiseta de la Selección. Por el otro, en el desmoronamiento anímico de los conducidos por Alfio Basile, que fueron eliminados tras caer en octavos de final ante Rumania.

El contexto fue la preparación récord de Maradona tras la pésima Eliminatoria, incluido el 0-5 ante Colombia en el Monumental. Sin club, se preparó con una singular pretemporada en La Pampa, en pleno campo.

Desde un principio la aparición de Daniel Cerrini, el fisicoculturista que se había convertido en su personal trainer y se encargó de la dieta y de suministrarle los suplementos había generado dudas.

La confusión de productos en Estados Unidos terminó en la catástrofe deportiva nacional.

La figura de Diego había envalentonado a un plantel que se convirtió en candidato en el Mundial con los triunfos ante Grecia y Nigeria.

Lo que pasó después, es sabido, incluidas las sonrisas de cuando se retiraba al control después del partido, de la mano de la enfermera Sue Ellen Carpenter.

Pocos días después un núcleo de conceptos se convertirían en íconos de ese momento en el país: "No quiero dramatizar... pero creeme que me cortaron las piernas".