“Tierra hostil”. Así fue como definió el presidente Alberto Fernández, entre militantes y dirigentes cordobeses, al distrito más adverso al Frente de Todos (FdT). El video, que originalmente no estaba pensado para la difusión, agitó nuevamente la polarización a días de las elecciones legislativas: Natalia De la Sota, candidata a diputada por Hacemos por Córdoba (HxC), dijo haberle creído al presidente sus promesas de campaña en 2019, "pero no cumplió". 

 “Hace falta de muchos cordobeses y cordobesas como ustedes para que Córdoba de una vez por todas se integre al país, para que de una vez y para siempre sea parte de Argentina, y no esta necesidad de siempre parecer algo distinto”, dijo Fernández sobre la performance de la lista del FdT en tierras serranas: fue elegida por 1 de cada 10 electores.

El desacierto presidencial fue inmediatamente utilizado por HxC, renovando, una vez más, la antinomia en la que parece estar encerrado el debate ideológico en la Argentina. Si la dialéctica política durante el siglo XX puede ser leída en la fricción peronismo-antiperonismo, el siglo XXI ha actualizado los extremos: kirchnerismo-antikirchnerismo.

En la provincia de Córdoba, desde el punto de vista electoral, es donde esta confrontación se da con mayor intensidad. Tanto, que el peronismo ofrece dos alternativas y así divide su fuerza. Entre las dos listas, la de HxC y FdT, no suman el resultado duro que conserva Juntos por el Cambio en estas coordenadas. 

Con la bandera del federalismo en alto, los candidatos schiarettistas aprovecharon el desacierto del presidente para contraponer capital e interior. “Esto confirma la mirada unitaria que tiene del país. Todo lo que pase fuera del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) no es Argentina. Que el presidente mire hacia el interior federal: se va a encontrar con un país productivo, trabajador, dispuesto a ayudar y a salir adelante”, el tono discursivo de HxC en redes sociales.

Simpatizantes de Mauricio Macri y Juntos por el Cambio en 2019 sobre Avenida Yrigoyen, Córdoba. Foto Nicolás Aguilera (AP).
Simpatizantes de Mauricio Macri y Juntos por el Cambio en 2019 sobre Avenida Yrigoyen, Córdoba. Foto Nicolás Aguilera (AP).

Los cordobeses han elegido, desde hace veinte años, al peronismo para la conducción política de la provincia. Votar peronismo en versión local, pero rechazarlo de plano en la coyuntura nacional. El conflicto por la retenciones móviles al agro, la ausencia de fuerzas federales durante la primera noche del amotinamiento policial de 2013 y la interpelación al cordobesismo por parte de De la Sota primero y Schiaretti después, ha dado lugar al quiebre del voto peronista en la provincia propiciando un escenario tendiente a opciones de derecha y centro-derecha. 

En las PASO, Juntos por el Cambio (JxC) obtuvo el 47% de los votos, seguido por HxC con el 24%. Lejos, las boletas del FdT obtuvieron apenas el 10%. Con estos resultados, Martín Gill es el único kirchnerista que tiene posibilidades de obtener una banca en diputados.

Zuban Córdoba, 1200 casos

La idea de un gran acuerdo nacional suele reflotar ante cada nuevo comicio. Hay una percepción mayoritaria sobre el divorcio que política y ciudadanía encarnan. La consultora Zuban Córdoba relevó que el 71% de los consultados (1.200 casos) cree necesario un acuerdo entre todas las fuerzas políticas sobre los temas centrales del país. 

La mayoría de los argentinos cree que el rumbo que lleva el país es negativo y considera que sería positivo un acuerdo político multisectorial y multipartidario. Cómo derivar en ese acuerdo, cuando la política parece ser la administración de lo inmediato y urgente, es la gran pregunta.

Zuban Córdoba, 1200 casos

Ante la pregunta “¿En que dirección va el país?” prácticamente 7 de cada 10 encuestados han respondido que Argentina va en la dirección incorrecta. 

El grupo etario de 31 a 45 años es el más convencido de que la dirección es incorrecta: 72,3%, y le sigue el grupo etario de 46 a 60 años con 70,4%.

Con 2,9 millones de electores —un 8,7% del padrón nacional—, Córdoba tiene el peso para definir una elección y las encuestas estiman que las urnas volverán a ser contrarias a los deseos del ejecutivo nacional.