Juan Pedro Guarino, uno de los dos jóvenes que fueron imputados y luego sobreseídos en la investigación por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020 en la localidad balnearia de Villa Gesell, aseguró hoy que sintió "hasta vergüenza" tras la agresión de sus amigos al joven.

Al declarar como testigo en el marco del juicio que enfrentan sus ocho amigos por el ataque que cuando vio a "Máximo Thomsen al lado de un chico tirado" supuso que "se estaban peleando de vuelta".

"Vi a Máximo al lado de un chico tirado. Me imaginé que se estaban peleando de vuelta, y ya cansado, me fui, porque habíamos ido de vacaciones a pasarla bien. Ellos ya se habían peleado en otras ocasiones", señaló Guarino, ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad de Dolores, y agregó: "Sentí mucha vergüenza, me da mucho dolor".

En el marco de una nueva audiencia, también declararán: Alejo Milanesi, otro de los sobreseídos y Tomás Ítalo Colazzo, amigo de los imputados y quien fue señalado como "sospechoso número 11" por el abogado Fernando Burlando, quien representa a los padres de Báez Sosa como particulares damnificados.

La lista de testigos incluye a Santino Franco Massagli, José Aníbal Leguiza y Juan Ignacio Neme Correa, tres amigos de Blas Cinalli, uno de los ocho imputados, con quienes intercambió mensajes escritos y de audio por la aplicación WhatsApp tras el hecho, entre ellos.

Por último, declararán bajo juramento de decir la verdad ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 las madres de Máximo Thomsen y de Luciano y Ciro Pertossi.

Rosalía Zárate, madre de Thomsen, quien era funcionaria de la municipalidad de Zárate y que renunció tras la imputación de su hijo, será el primer familiar de un imputado en declarar como testigo.

En tanto, María Paula Cinalli, madre de Blas Cinalli y tía de Luciano y Ciro Pertossi, será la otra madre en sentarse frente a los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.

Fuente: Télam