Crisis diplómatica entre Argentina y España: "Estamos ante un conflicto innecesario"
El exembajador argentino José Octavio Bordón analizó la situación entre ambos países. "Parece que no hay interés de ninguno de los dos lados de desescalarlo", afirmó.
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El conflicto diplomático entre Argentina y España sigue escalando en intensidad y corre riesgo de romperse la relación bilateral.
El exembajador argentino José Octavio Bordón reflexionó en Radio Universidad y afirmó: “Estamos ante un conflicto diplomático innecesario.Parece que no hay interés de ninguno de los dos lados de desescalarlo”.
La lectura del exembajador en Estados Unidos y Chile es que no se “siguieron las vías diplomáticas” para resolver el conflicto causado por el ministro de Transporte español.
"Yo he visto a Milei, en una tele, y según le estaba oyendo, ¿os acordáis? Lo de... Cuando salió no sé en qué estado y previa a la ingesta o después de la ingesta de qué sustancias, pero salió a decir aquello de, aquello que dijo, pocos días antes de... Yo dije: ‘Es imposible que gane las elecciones’”, había dicho el ministro de Transporte, Oscar Puente, a principio de mayo.
“No correspondía las declaraciones del ministro contra el presidente argentino.Tampoco fue adecuada la respuesta del presidente argentino”, remarcó Bordón.
El exdiplomático afirmó que la resolución a este conflicto se debía realizar por vía diplomática y no mediante acusaciones como hizo este domingo contra el presidente Pedro Sánchez y su esposa.
“Lo razonable era haber convocado a nuestra canciller a la embajadora de España. Haberle transmitido la preocupación y la molestia”, expresó.
Sobre el retiro de la embajadora española en Buenos Aires, afirmó: “Esta decisión de España escala la situación a un nivel que no esperaba. Espero que no escalen a otro nivel”.
Sin embargo, Bordón afirmó que este conflicto diplomático no es único en el mundo.
“Hoy daría la impresión que muchos presidentes de muchos países priorizan sus pasiones, sus intereses partidarios por encima de los intereses de la política exterior de su país y gobierno”, agregó.
Finalmente, concluyó: “La política exterior no es la política de partidos. Un presidente puede expresar una simpatía por una fuerza política pero inmiscuirse en conflictos y ataques internos a personas de un país para nada ayuda los intereses de los países”.