Durante esta jornada se conmemora el Dia  mundial de la Esclerosis múltiple, una enfermedad crónica, degenerativa del sistema nervioso central y autoinmune, por la que el sistema inmunológico no reconoce la mielina (material graso que protege y rodea las células nerviosas) como propia, y la lesiona, afectando los impulsos nerviosos y es la primera causa de discapacidad no traumática entre los 18 y 35 años, ya que provoca discapacidad física y cognitiva.

Según los especialistas, y como muchas otras afecciones, tiene "mejor pronóstico si es detectada de manera precoz, por lo cual es necesario prestar atención a la aparición de los síntomas que "se presentan por un intervalo de más de 24 horas".

Si bien puede ser asintomática, los síntomas más recurrentes a los que se debe estar atentos son debilidad muscular, alteraciones de la vista, sensación de hormigueo, picazón o entumecimiento, problemas de memoria y pensamiento, fatiga y falta de coordinación y equilibrio.

Según Johana Bauer, psicóloga y responsable del Área de Salud Mental de la asociación Esclerosis Múltiple Argentina (EMA), alguno de esos síntomas "aparecen de golpe y es importante registrar que es algo que aparece y se sostiene por un intervalo de al menos 24 horas", aunque algunas veces, tras ese período desaparecen repentinamente. 

En esa dirección, la especialista afirma que "puede pasar que estuve con visión doble y como justo estuve estresado se lo atribuyo a eso, y el síntoma desaparece hasta que vuelve a haber otra manifestación" y agregó que "la seguidilla de estas manifestaciones desgasta al organismo y ahí empieza la discapacidad".

La enfermedad afecta principalmente a mujeres entre los 20 y 40 años, aunque cada tres mujeres que padecen la enfermedad se presenta en un hombre, y "con el avance de la edad (mayores de 45-50 años) la relación se equipara y es igual en hombres y mujeres", según lo afirma Jorge Correale, médico neurólogo y jefe de Neuroinmunología y Enfermedades Desmielinizantes de la Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia (Fleni).

Según este especialista, "no hay un test específico para el diagnóstico de esclerosis múltiple, como la medición de azúcar en los diabéticos", sino lo que deben hacer los profesionales es "armar un rompecabezas", donde se colocan los síntomas que refiere el paciente, tanto presentes como pasados. En ese sentido, agrega que los profesionales de la salud pueden solicitar estudios de resonancia magnética, punción lumbar y de laboratorio para excluir otras causas que se puedan confundir con esta enfermedad.

Si bien existe una predisposición genética, no es hereditaria y se conjuga con "ciertos factores ambientales que predisponen a adquirir la enfermedad", afirma Correale. Entre esos factores conocidos hasta el momento, están la infección en la infancia por el virus de la mononucleosis infecciosa, el déficit de vitamina D, el tabaquismo y la obesidad en la adolescencia.

En lo referido al tratamiento, los especialistas resaltan que se recorren camino paralelos y "no excluyentes" tras el diagnóstico:

-el tratamiento sintomático -que trata el dolor, la rigidez, la depresión y la fatiga

-el tratamiento de prevención

-el tratamiento de los episodios agudos, -cuando se presentan

-y en los pacientes que lo requieran, la rehabilitación motora o neurocognitiva.

El neurólogo remarca que en los últimos años aparecieron medicamentos para el tratamiento de la enfermedad que antes no existían, por lo que se mostró optimista a futuro. "Durante 125 años no tuvimos ningún fármaco y en los últimos 30 años se desarrollaron 18 nuevos fármacos para el tratamiento de la enfermedad", remarcó.

No obstante, reiteró la importancia de una detección temprana de la enfermedad para poder avanzar en un tratamiento que "evite la discapacidad y permita poder mantener una buena calidad de vida".

Fuente: Télam