Se llevó a cabo una nueva jornada del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. Tras las declaraciones de distintos testigos, por la tarde pidió la palabra Máximo Thomsen, uno de los acusados más complicado por las pruebas.

El joven habló luego de que declarara su madre, Rosalía Zárate, frente al Tribunal. La mujer, que padece cáncer, aseguró que hace dos años que vive una pesadilla. “No puedo más, no puedo seguir sobrellevando todo esto”, expresó.

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Thomsen, entre lágrimas, dijo: “Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido matar a alguien. Escuché varias cosas sobre mí varios años. No reconocía porque generaban tanto odio hacia mi persona, yo jamás en la vida tendría esa intención”.

El rugbier afirmó luego que nunca en la vida hubiese buscado matar a alguien. "Jamás en la vida hubiese sido mi intención. Quería hoy en este lugar dar la realidad de lo que pasó eso día, esa noche”, señaló.

Por último, dijo que se enteró del crimen al día siguiente y que cuando la policía los detuvo y les dijo que habían matado a alguien le “empezó a dar vueltas todo en la cabeza” y que se puso a vomitar. "Mi cabeza no lo podía procesar porque yo no lo entendía”, concluyó.